Corrientes (9-11-17): El intendente electo de Corrientes, Eduardo Tassano, asegura tener casi el 60% de su gabinete delineado, adelantando la creación de una “subsecretaría de Modernización, que trabajará con el área de recursos humanos para la capacitación e incorporación de tecnología a la Comuna”, aunque sin embargo lo que esconde bajo siete llaves el cardiólogo, su decisión no renovar ningún contrato laboral de los empleados del municipio que fenecen el próximo 31 de diciembre. La medida, que puede provocar una eclosión social, más en los cientos de Neikes que lograron que la comuna los contrate luego de figurar en la plantilla como personal en negro, algunos por más de 15 años, no será una sorpresa dentro de la liturgia radical. Igual resolución tomó Carlos Vignolo cuando asumió como intendente capitalino en una administración para el olvido (2005-2009), donde de un plumazo dejó más de dos mil contratados en la calle, que fueran nombrados por la gestión nuevista de Nora Nazar. También a una centena le quitaría la planta permanente, violando la ley del empleado público.

Al mes de aquella dolorosa decisión, Vignolo inició un derrotero de designaciones a personas ligadas a su partido político (dirigentes, punteros y familiares). Allí no le temblaría más el pulso para ensanchar la planta laboral de la comuna. Ahora Tassano haría exactamente lo mismo, aunque con el argumento de ir viendo caso por caso. Un aliciente poco creíble.

Como dato: tanto las gestiones justicialista de Camau Espinola como de Fabián Ríos, provocaron despidos o cesantías en los empleados municipales, tanto de planta permanente como contratados.

Con el control absoluto de la justicia, como de las fuerzas del orden, cualquier rebelión social por las cesantías masivas en el municipio, serían apaciguadas rápidamente, más aún si la futura oposición, hoy con problemas de identidad, no frena su propia caída libre.

Jueves, 9 de noviembre de 2017