Corrientes (22-10-18): Las obras que se ejecutan en la provincia de Corrientes siguen un parámetro que se ha hecho un sistema permanente para evadir cualquier contralor. ¿Una vía instrumentada para favorecer a empresas digitadas, y eludir el pago de impuestos, tasas, y diluir dineros del Estado en el sistema?. Todo es legal, pero al menos sospechoso.

El sistema no es ilegal, pero sí al menos indicaría una modalidad que reiterada en los últimos años, da cuenta de un circuito del dinero del Estado que termina fluyendo hacia las mismas empresas, representadas por los mismos empresarios, vinculados al poder.

El sistema es sencillo. Una vez comprometida una obra por el gobierno provincial, se libra un subsidio a favor de la entidad que la necesita: un tinglado, un piso, un muro perimetral, arreglos de mampostería, y otras obras menores.

Hasta allí no debería ser cuestionado, salvo que el flujo de dinero hacia esas necesidades, deportivas en la mayoría de los casos, dejen de lado otras prioridades, tal el caso del Hospital Fernando Irastorza de Curuzú Cuatiá, que recibió 35 veces menos que todos los clubes de la ciudad mediterránea.

Es así, que si bien el subsidio tiene un destino, la obra la realiza una empresa que es "presentada" a la entidad por el mismo gobierno, como la mejor y responsable ejecutora de ese tipo de tareas.

Así, la entidad cierra trato con la misma, pero con la salvedad de que la orden de pago del subsidio sea transferida a su nombre, de tal manera de hacerla efectiva en la Tesorería General.

Se cumple con la obra, la empresa constructora cobra su emolumento, y hasta allí todo sería legal.

Pero en realidad la maniobra escondería algo.

Adjudicando la entidad la obra a la empresa "sugerida", el Estado se libra del trámite que la Ley de Contabilidad impone, con por lo menos un llamado a concurso de precios, o según el monto, una licitación pública.

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Para evitar ese engorroso papeleo, en el que seguramente podrían presentarse otras empresas competidoras a molestar, o lo que es peor, a denunciar favoritismos, es que se optó desde la gestión del Ministro Secretario General Carlos Vignolo, en el gobierno de Ricardo Colombi, y que continúa en la actualidad, de dar rienda suelta a las obras por subsidios.

Una somera lectura de los últimos ejercicios contables de la Tesorería General de la Provincia dan cuenta de ello. Todas las jurisdicciones como Secretaría General, Ministerio de Educación, Obras y Servicios Públicos ademas de Invico, hacen obras en clubes.

Para muestra basta un botón, y lo de Curuzú Cuatía y su Hospital lo es. Solo que allí los fondos privados fueron más ejecutivos que los del Estado.

Así y todo, el sistema deja muchos interrogantes. ¿Porqué se reiterararían las mismas empresas?. ¿De quienes son?. ¿Qué capital detentan y cuales son sus rendiciones contables?. ¿Quienes se benefician en el circuito del dinero transferido?. Preguntas que quedan para los responsables políticos que debieran controlar.

Solo un anticipo: En el Presupuesto General del año 2018 de la Provincia, la Fuente 12 de financiamiento de los gastos del Estado acumulaba presupuestado los $3.000.000.000,00 (tres mil millones de pesos). Con parte de esa fuente de recursos se financió el gasto que sigue:

Lunes, 22 de octubre de 2018