Las precauciones contra el contagio de la gripe llegan al rodaje de las telenovelas mexicanas. El temor al virus ha llevado a suprimir los besos y las escenas íntimas que implican contacto físico; además, el personal que no está en escena lleva mascarillas y guantes y ya no se saludan ni con besos, ni dando la mano. Un colega que ha estado impartiendo unos cursos en México también comentaba cómo, en cuanto se dio la voz de alarma del contagio, los amables alumnos dejaron de repartir besos y de saludarse dándose la mano, apareciendo mascarillas y guantes por doquier.

No tenemos noticias de hasta qué punto puede haber afectado esta epidemia a la vida sexual de las personas. Sí sabemos que las trabajadoras del sexo de México están muy preocupadas porque la epidemia de gripe ha reducido su clientela un 75%. Las mujeres de la calle, de sectores muy desfavorecidos, dicen que no pueden abandonar su trabajo ya que no tienen otra manera de alimentar a sus hijos. Se quejan de que se han cerrado zonas de tolerancia y de que están siendo perseguidas. Ellas dicen que están acostumbradas a protegerse del VIH, que la gripe se trasmite por la saliva y que ellas no besan a sus clientes. Además, muchas usan mascarillas y guantes. El caso es que estas mujeres, de vida difícil, lo están pasando muy mal con el tema de la gripe; piden que el Gobierno las ayude como parece que va ayudar a otros sectores, pero conscientes de su marginalidad no esperan nada. En la prostitución también hay clases y, como en todo, los más pobres son los más perjudicados.

Está claro que el tema de la gripe puede influir en el contacto físico, y cómo no, en el contacto sexual. El temor a lo desconocido, el ancestral pavor a las epidemias, que de tarde en tarde han dejado un reguero de víctimas, hace que se encienda la voz de alarma. Uno de los chicos españoles que ha regresado de la Rivera Maya comentaba que ni su madre se atrevía a acercarse a él cuando le diagnosticaron la gripe; si así se comportan los familiares y conocidos, no es extraño que los desconocidos restrinjan el contacto físico entre ellos. El otro día fuimos testigos de cómo una pareja, con muy poco disimulo, cambiaba de acera al oír toser a un niñito sudamericano. Aunque, según los datos que se tienen, el virus de la gripe A (H1N1) no merece tamaño despliegue; parece que los humanos actuamos más por impulsos emocionales que por un análisis racional de la situación.

Según la OMS, estas son las medidas generales para protegerse del contagio de la gripe:

* Evite el contacto directo con personas de aspecto enfermizo o que tengan fiebre y tos.
* Lávese las manos con agua y jabón a menudo y concienzudamente.
* Lleve una buena higiene de vida: duerma bien, coma alimentos nutritivos y manténgase físicamente activo.

La propuesta es la misma que en cualquier otro tipo de gripe, y es de sentido común. En México, donde parece que surge el foco, se propone que haya una distancia mínima de dos metros entre cada persona dentro de restaurantes y cines, y en el caso del transporte público, recomiendan utilizar mascarillas. A nosotros nos puede parecer raro, pero recordamos nuestra estancia en Japón y lo frecuente que era ver a gente en el metro y por la calle con mascarilla, en ese momento pensábamos que eran muy considerados al no querer trasmitir sus gérmenes. Si todos colaboramos un poco, podemos contribuir a mejorar la salud global y a que no se propague el virus.

Ahora bien, una cosa es tomar medidas inteligentes de precaución y otra la tendencia a los alarmismos ridículos. Hay gente tendente al melodrama, con tanta querencia al sufrimiento, que por si acaso empiezan a tomar medidas absurdas, y llegan a ser víctimas de la precaución antes que de la enfermedad.

Viernes, 17 de julio de 2009