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Sexualidad
Sexualidad femenina
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Martes, 24 de noviembre de 2009

Qué es la sexualidad sino una fuente de placer y también de frustración. Impregna todos y cada uno de los actos de nuestra vida cotidiana. La sexual es una función no vital, ya que podemos vivir sin ejercerla, salvo en el sentido de la procreación de la especie.

La sexual es una función no vital, ya que podemos vivir sin ejercerla, salvo en el sentido de la procreación de la especie. Tiene una vertiente biológica que responde a la procreación y a la respuesta genital, y una vertiente psicosocial, donde desde pequeños adoptamos ideas y actitudes que vienen modeladas de nuestra familia, con valores éticos y morales sexuales que regulan nuestra conducta.

Nuestra sociedad "occidental y cristiana" tiene valores muy arraigados en cuanto al matrimonio monogámico, donde se impone una conducta para el varón y otra para la mujer, creando en ambos géneros, exigencias muchas veces no satisfactorias para los sujetos.

Dice Didier Anzieu en su libro "El yo piel", que "el cuerpo es dimensión vital de la realidad humana, dato primero, irreductible a otros. Sin embargo ese cuerpo es negado, está ausente en la enseñanza de la vida cotidiana, es ignorado por el psicologismo". Teniendo en cuenta a este ser biopsicosocial y considerando que nos gestamos como un cuerpo en el interior de otro cuerpo, el que será significado por la estructura familiar y el orden social, dejando huellas en la imago corporal, y que superando las limitaciones del lenguaje oral, será la base material de los proceso psíquicos.

El cuerpo es un lugar de registro de las necesidades, lugar de deseo, de afectos, de emociones y la historia de un sujeto puede ser analizada desde esta perspectiva: la relación de un cuerpo con otros cuerpos, lo que se dá en sucesivos vínculos, registrándose experiencias de placer, de dolor, de satisfacción, de frustración, presencia y ausencia de otros. En esta sucesión de vínculos cada uno constituye su esquema corporal, vivencia emocional de identidad, a la vez que se conoce el mundo exterior que es el escenario de sus vivencias.

Está instaurada la idea de que cuando la mujer se enamore y se case va a alcanzar una vida sexual satisfactoria, aunque lo romántico es una ilusión inalcanzable. Dice Sigmund Freud que "la idea de felicidad individual, prometido desde lo social y lo cultural al cumplir con sus reglas, es una ilusión, una aspiración irrealizable y dañina como toda ilusión, de restauración narcisista, cuyo prototipo es el amor." Nuestra identidad no radica solo en lo que somos aparentemente, sino también en lo que queremos ser y la comprensión de la sexualidad personal es para lograr estos fines.


Martes, 24 de noviembre de 2009

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