Ni la CIA ni la Triple A, para el autor de la investigación no quedan dudas de que el asesinato es responsabilidad de la organización armada peronista. La revisión de la violencia en los ‘70. El paradigma Verbitsky.
“Montoneros mató a Rucci para apretar a Perón.” De eso está convencido Ceferino Reato, el autor del libro Operación Traviata. ¿Quién mató a Rucci? La verdadera historia, quien asegura que luego de su investigación no tiene dudas acerca de la autoría del crimen: “No fue la CIA ni la Triple A. Fueron los Montoneros, porque consideraban a Perón un pragmático sin principios que reaccionaría según la correlación de fuerzas. Por eso había que torcerle el brazo”.
Reato, nacido en Entre Ríos, periodista especializado en temas internacionales y politólogo, es autor además de los libros El gran botín, el negocio de gobernar la capital y Lula, la izquierda al diván. Con respecto a cómo surgió su obra sobre Rucci, explica: “Entre el 2001 y el 2005, viví en Brasil, pero siempre trataba de venir a Buenos Aires para el 23 de septiembre, que es el cumpleaños de mi mujer.
Cada vez que bajaba por la autopista veía unos carteles que decían: ‘Rucci asesinado por argentino y peronista’, y me quedaba esa imagen de cuando era chico, pero no recordaba bien de qué se trataba. Era un nombre fuerte el de Rucci, y me llamó la atención porque era un asesinato sobre el que nadie escribía”.
–¿Por qué cree nadie escribió sobre Rucci?
–En mi introducción copio a Horacio Verbitsky en su prólogo de Ezeiza. Él se pregunta por qué nadie escribió este libro antes, se responde, establece el paradigma de la revisión de los setenta y dice: “Ezeiza contiene todo lo que ocurrió después, si uno comprende Ezeiza, comprende todo lo que ocurrió después, el gobierno de Isabel, de López Rega, de la Triple A, el genocidio de la dictadura y el pacto sindical militar posterior”. Establece un paradigma que enfoca qué problemas son dignos de investigar y cuáles no. Por eso, sobre algunos temas se hace mucho hincapié y sobre otros nada, porque el paradigma dominante es el de Verbitsky. Y sobre esos temas, los periodistas intentan validarse en ese paradigma y que Página 12 los elogie. Ése es el mecanismo. Pero me parece que estamos en un momento en que la antinomia que él crea en Ezeiza está en crisis y la mejor forma de probarlo es que la gente no lee libros sobre los setenta porque siente que ya los leyó, que es siempre la misma historia. Es decir, que los malos son malos y los buenos son siempre buenos.
–En este sentido, el crimen de Rucci no tiene marketing.
–Exacto. Verbitsky dice que Rucci arma a la derecha peronista para Ezeiza y que es el Herminio Iglesias de los setenta. Entonces, quién se va a dedicar a investigar a una persona estigmatizada por Verbitsky. Queda relegada a periodistas nacionalistas de derecha sin público. Su paradigma fue muy útil porque necesitábamos saber todos los crímenes de la dictadura, pero en este momento hay un interés de la gente por saber de crímenes cometidos por otros actores.
–¿Por qué lo matan a Rucci?
–Porque Montoneros quiere apretar a Perón. Leen los hechos de Ezeiza como un apriete de la derecha y ven que Perón se les corre a la derecha y obliga a la renuncia forzada de Héctor Cámpora. Ellos interpretan que Perón es un pragmático sin principios que reacciona según el juego de fuerzas. Creían que había que torcerle el brazo. “Si Ezeiza lo corrió a la derecha, nosotros con la muerte de Rucci le enviamos el mensaje de que no va a poder gobernar sin incorporarnos al movimiento”, eso piensa y explica Mario Firmenich.
–¿Quiénes son los autores materiales del crimen?
–Son siete u ocho personas las que participan del operativo. Los jefes tuvieron horribles muertes durante la dictadura. Quien comanda el operativo es Julio Roqué, alias Lino, que es el mejor cuadro militar de Montoneros, autor también del atentado contra el general Juan Carlos Sánchez y el primer responsable político del diario Noticias. Era cordobés, licenciado en Ciencias de la Educación, viene del guevarismo, es un Guevara culto. Él aprieta el FAL porque era un gran tirador.
–¿Qué significaba Rucci en el mapa peronista?
–Es la expresión de la ortodoxia peronista; el hombre de Perón en el sindicalismo. El general tenía mucha tensión con los metalúrgicos por su relación con Augusto Vandor, quien había reflejado la posición más autonómica del movimiento obrero. Vandor significa el agotamiento del perpetuo referenciamiento con Perón porque tenía que resolver los problemas en la Argentina sin Perón. Quiso un peronismo sin Perón, un partido laborista. En cambio, Rucci es el peronismo con Perón, su pensamiento fuerte es que había que volver a los años felices del primer gobierno y la única manera era hacerlo con Perón. Es el símbolo de la lealtad a Perón más claro y era su ariete.
–Con el partido terminado es fácil decir que fue el gran error político de Montoneros, ¿no?
–Sí, claro. Pero para interpretar el asesinato hay que estudiar el documento que saca Montoneros donde explica la fusión con las FAR, donde en el primer párrafo dicen: “La organización adopta metodológicamente el marxismo leninismo”. Y la charla de Firmenich a los cuadros montoneros en la que reconoce que recién ahora lo están conociendo a Perón y argumenta: “Es verdad, Perón es lo que es, nosotros somos socialistas y Perón no. En el peronismo hay dos fuerzas, nosotros y la burocracia sindical, hoy se apoya en ellos, pero eso no significa que mañana no se apoye en nosotros”.
-¿Es cierto que hubo una reunión de Lorenzo Miguel con los líderes de Montoneros en la que se pactó la entrega de Rucci?
–No. Perdía cuenta que esa reunión se hizo el 21 de junio en el departamento de Juan Manuel Abal Medina. Él me dice que Lorenzo le asegura que la CGT fue a Ezeiza como a cualquier acto peronista sin la intención de agredir demasiado, pero alguien se volvió loco. En el ínterin, dice: “Este petiso se cree Napoleón”, por Rucci. Había una tensión clara entre Rucci y Miguel, pero no puedo llegar a la conclusión de que lo entregó. Sí veo que la cúpula montonera cree que el asesinato de Rucci le iba a caer bien, que era un estorbo para Miguel. Pero por la inteligencia que habían hecho no necesitaban una entrega.
–¿Y la hipótesis de que la autoría del crimen fue de la CIA?
–La participación de la CIA quedó descartada esa misma noche. Y tampoco fue la Triple A. Hasta Perón sabía que habían sido los Montoneros
Miércoles, 24 de septiembre de 2008