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Política
Un montonero correntino entre los asesinos de Rucci
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Domingo, 5 de octubre de 2008

Para "la Orga", como denominaban los guerrilleros a la fuerza político-militar que formaban, era Pablo Cristiano. Pero su nombre era Horacio Antonio Arrue, hijo del legislador peronista por la Provincia. Provenía de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y recibió instrucción militar en Cuba. Era un cuadro "de nivel".

Para "la Orga", como denominaban los guerrilleros a la fuerza político-militar que formaban, era Pablo Cristiano. Pero su nombre era Horacio Antonio Arrue, hijo del legislador peronista por la Provincia. Provenía de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y recibió instrucción militar en Cuba. Era un cuadro "de nivel". En la investigación del periodista Ceferino Reato, que esta semana declaró ante los tribunales al reabrirse la causa por el crimen del líder sindical, se relata un "error" imperdonable de Cristiano. Su madre también fue secuestrada y él cayó a los 31 años, cuando era secretario político y estaba a cargo de Monteros en todo el país. El megaoperativo para atraparlo y los tormentos terribles a los que fue sometido. Discrepancias sobre el lugar en el que fue ejecutado: ¿Caballito o Salta?

FIAMBRE. Los montoneros le "tiraron" un cadáver a Perón como mensaje. Querían que se alejara de la "burocracia sindical" y que se acercara más ellos. El elegido fue un leal a toda prueba como José Ignacio Rucci.

Su nombre de guerra era Pablo Cristiano, pero había sido bautizado como Horacio Antonio Arrue. Provenía de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y cuando ésta fuerza se fusionó con Montoneros pasó a ser uno de los cuadros más respetados por su formación intelectual y militar, con instrucción en Cuba, cuna de la guerrilla y el foco insurreccional del Che Guevara.
Era hijo del diputado nacional del PJ, Willebordo Arrue (Guillermo Arrue, para una investigación reciente), oriundo de Alvear. Y tanto uno como otro figuran en una placa recordatoria, junto a otros 54 muertos, que el PJ de esta Capital descubrió hace poco para homenajear a las víctimas de la Dictadura en su sede de Salta 663.

Murió a los 31 años. Dejó tres hijos muy pequeños y una historia de entrega total a la causa montonera, que por entonces era el socialismo con la violencia como herramienta política. No por nada asesinaron al más leal de los sindicalistas para el recién retornado Juán Domingo Perón, quien ya como león herbívoro no quería saber nada con la violencia y mucho menos con los "rojos".

"El asesinato de Rucci inauguró una época nueva de violencia política en la Argentina. Perón, se dio cuenta de que el conflicto con la que había sido su juventud maravillosa había alcanzado un nivel del que sería difícil retornar incluso para él, un político muy avezado pero que estaba viejo y enfermo", escribe Ceferino Reato en su reciente best seller, "Operación Traviata. ¿Quién mató a Rucci? La verdadera historia". Y añade: "Los montoneros se fueron hundiendo en un militarismo que ya los había ganado".

El crimen de Rucci tenía como objetivo un mensaje a Perón por parte de Monteros, que se sentía excluido de las decisiones (el primer cachetazo fue la renuncia de Héctor Cámpora, quien indultó a muchos guerrilleros) y odiaban a la "burocracia sindical" por su influjo sobre Perón. De ahí que el General haya dicho junto al cajón de Rucci: "Me cortaron las patas". Y cuando la viuda -que ahora impulsó la reapertura de la causa- le preguntó por qué lo había matado, el Viejo respondió lacónicamente: "Por leal".

Curiosamente, sobre Cristiano se sabe poco en Corrientes, acaso porque se fue muy joven y pasó rápidamente a jugar en las grandes ligas de los grupos peronistas que luego, en disidencia con el gobierno peronista y democrático, saltarían a la clandestinidad.

Como se sabe, "Operación Traviata" debe su nombre a una popular publicidad de galletitas de aquellos años que refería a "la de los 23 agujeritos".

Así se dio en llamar al crimen perpetrado el 23 de septiembre, dos días después de la victoria de la fórmula Perón-Perón en las elecciones a las que había convocado Cámpora.

Lo que hizo Cristiano y otros dos compañeros de lucha (Marcelo Kurlat, alias "El Monra" o "El Mono" y Julio Iván Roqué, más conocido como "Lino") fue ejecutar el atentado, ingresando como pintores hasta con gorritos en una casa en alquiler ubicada enfrente a la casa donde habitaba la familia Rucci, en Avenida Avellaneda al 2.900.

"Trajeron dos bolsas de género blanco de un metro de largo por 0,60 de ancho y dos latas de pintura Pincelux Duperial de cuatro litros, una gris perla y la otra blanca, llenas de armas, municiones y granadas. Era un disfraz muy adecuado para ingresar todo eso sin levantar sospechas. También entraron una bandeja de metal para rodillo, sogas, una brocha marca Pingüino. Uno de ellos agregó un paquete de galletitas Traviata, un queso y seis salamines por si la espera se hacía larga", narra Reato en su libro que ya es un éxito de ventas, pero que también gatilló la reapertura de la causa y podría terminar con una condena por crimen de lesa humanidad cometido por guerrilleros.

Ahora bien, puede decirse que la familia Arrue estuvo signada por la tragedia, puesto que la Dictadura no sólo hizo desaparecer al diputado, padre de Horario, sino que en su momento también detuvo en Salta a su esposa.

En tanto, Pablo Cristiano halló una horrible muerte y siendo muy joven, que se plasma con estremecedores detalles en la investigación de Reato:

"Pablo Cristiano cayó en abril de 1977 a los treinta y un años, cuando era el secretario político de Monteros y estaba a cargo de la Orga en todo el país. Iba a ser reemplazado por Lino, pero no llegaron a verse ya que fue delatado por un subordinado y lo apresaron en Caballito (N. de la R.: algunas fuentes correntinas dicen que lo chuparon en Salta, pero podría tratarse de su padre), durante un operativo que pareció salido del cine, en el que hubo hasta un militar disfrazado de cura y otro, de carnicero. Salía de una panadería comiendo una medialuna cuando sospechó algo raro y quiso huir en su automóvil. Habría sido llevado a la guarnición militar de Campo de Mayo, donde habría muerto a causa de las torturas recibidas durante tres días seguidos. El periodista Juan Gasparini afirma que el mayor Juan Carlos "Maco" Coronel le contó que nunca en su vida había visto dar tanta picana a una persona.
-La sangre se le espesaba por la acumulación de electricidad en el cuerpo. Durante un intervalo en el que le permitieron tomar agua, la canilla golpeaba y rebotaba contra sus dientes. Pablo Cristiano dejó tres hijos chiquitos".

Un joven brillante

Horacio Antonio Arrue, o Pablo Cristiano para la "Orga", era considerado un cuadro de alto nivel. Muy preparado tanto política como militarmente. "Ya en la secundaria era brillante, abanderado y muy capaz", cuenta hoy el periodista Lolo Espínola, quien además de investigar esos hechos, es pariente de los Arrue.
La muerte lo encontró en abril de 1977, justo cuando iba a traspasar el comando de Montoneros, y cuando murió, dejó tres hijos chiquitos.

El Libertador


Domingo, 5 de octubre de 2008

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