Por Celia Carbajal (Telam)
Un plan de restauración de fauna autóctona extinguida en los Esteros del Iberá logró reinsertar al oso hormiguero y al venado de las Pampas y prevé replicar la exitosa experiencia con el yaguareté, el mayor felino de América, informó el biólogo Ignacio Jiménez.
Jiménez enfatizó que "si no pasa nada raro el oso hormiguero ya no se va a extinguir al menos en el Parque del Socorro y en Iberá, que son dos reservas nuestras que suman 30.000 hectáreas, debido a la supervivencia que tienen dentro, donde no hay cacería".
Esto aún cuando "imagino que los predadores van a aumentar, porque el puma empiece a procrear o porque liberemos yaguaretés, pero para cuando entre la depredación, la masa crítica será tan alta que casi hay condiciones naturales, con bichos nacidos ahí, más adaptados".
Tanto la reintroducción del oso hormiguero como la del venado de las pampas son pioneras en el mundo: "Nadie había hecho reintroducción de oso hormiguero ni una traslocación de venado silvestre a silvestre", dijo Jiménez, en referencia a la técnica de trasladar animales que viven en la naturaleza a otro ambiente natural.
Repoblar la zona de esteros y pastizales con los grandes mamíferos extinguidos es complementario con la intención de CLT de crear un gran parque y desarrollar una economía local basada en el ecoturismo.
Jiménez observó que "Corrientes es bastante anómala porque se han extinguido masivamente algunas especies de grandes mamíferos como en ninguna otra provincia del norte argentino", posiblemente por una historia de transformación mucho más vieja, con varios siglos de ganadería y quema de pastizales.
"Hemos empezado con el oso hormiguero porque es el más fácil para llevar desde el Gran Chaco -Santiago del Estero, Formosa, Salta y Jujuy-", contó el biólogo, que considera que lo ideal es ir a un lugar silvestre, capturar individuos y traslocarlos, liberándolos.
"Eso es más fácil porque el animal es silvestre, adaptado al ambiente, pero como no hay mucha costumbre de permisos para trasladar animales porque las provincias no quieren arriesgarse a sacar un bicho de su lugar, nosotros trabajamos con animales típicamente huérfanos", precisó.
Una situación habitual ocurre con "la gente que sale a cazar armadillos en el bosque y, como el oso hormiguero enfrenta a los perros, aunque al bicho no le tienen bronca, si tienen que elegir entre los perros y el oso, matan al oso".
Entonces, si es un hembra con una cría en la espalda, llevan a casa al pequeño por pena o curiosidad: "esos bichitos que aparecen en un montón de casas son los que están llegando a nuestro proyecto", relató el biólogo.
"Los tenemos desde pequeños, hay que darles mamadera, los cuidamos en un centro de recría cercano a Corrientes capital a donde se les hacen pruebas sanitarias para que no introduzcan enfermedades en el ambiente, hasta que tienen edad para ser liberados".
Cada especie requiere de un mínimo de individuos para reinsertar a fin de que prospere, dependiendo de las condiciones del ambiente, porque todo depende de la natalidad y la mortalidad.
Si hay alta mortalidad, hay que soltar muchos más de inicio, entre 15 y 20 y, dependiendo de las condiciones, hasta 50.
Transcurrieron cuatro años desde la liberación de la primera hembra de oso hormiguero, que pasó de vivir bajo un horno de barro de un patio santiagueño al monte, donde ya procreó tres crías, con un total de 18 o 20 animales.
"Todos los que liberamos tienen radiocollar y distribuimos cámaras-trampa para los bichos que pierden el arnés; vimos que la osa ha sobrevivido a los pumas, que andan por ahí porque los registra la misma cámara, y es increíble", celebró Jiménez.
Hay otras dos hembras con arnés que tienen cría, que hacen pensar que con otra liberación, el próximo año, ya podrían dejar de soltar, y restaría establecer otro núcleo en el Iberá para la restauración completa, en un período de décadas.
Mientras el oso hormiguero vive individualmente y tiene una cría por año -con un embarazo de siete meses-, el venado de las Pampas vive en grupo, con un macho que monopoliza varias hembras y las monta habitualmente, lo cual facilita la progresión de la especie.
"La reinserción del ciervo de los pantanos se debió a la recuperación del hábitat a través de hacer una reserva, detener la cacería y conservar el lugar, y si quedaban unos pocos cientos, los últimos controles aéreos muestran como 8.000", enfatizó Jiménez.
"CLT ha comprado tierras y seguro que eso ha ayudado enormemente, al establecer una zona protegida, pero el proceso viene desde 1983 con la creación de la Reserva Provincial, que ha beneficiado al carpincho, al yacaré, al aguará guazú y a muchos otros: como ha ido bastante bien estamos pensando en el yaguareté", anunció.
Lunes, 28 de noviembre de 2011