Hace exactamente 57 años, las mujeres comenzaban a cosechar los frutos de una larga lucha por la igualdad de derechos en el terreno político: por primera vez, ellas, al igual que ellos, podían entrar al cuarto oscuro para elegir quién conduciría los destinos de la República.
Es que la llamada Ley Sáenz Peña, que en 1912 había instaurado en el país el voto secreto, obligatorio y supuestamente universal las había dejado afuera y había circunscripto sólo a los hombres el acceso a los derechos políticos.
Recién 35 años después, el 9 de septiembre de 1947, durante el primer gobierno peronista, el Congreso Nacional sancionó la Ley 13.010, que incluyó a las mujeres en el voto obligatorio y que también les abrió las puertas a la posibilidad de ser candidatas y de ser elegidas por el pueblo.
De hecho, merced a esta ley, Eva Perón, quien fuera la principal promotora de su aprobación parlamentaria, sería hasta su histórico renunciamiento la compañera de fórmula de Juan Domingo Perón en las primeras elecciones a nivel nacional con la participación de mujeres, el 11 de noviembre de 1951.
De todos modos, las banderas feministas por la igualdad de derechos y la inclusión política habían sido levantadas en el país ya desde principios de siglo, e incluso hasta 1942 más de una decena de proyectos de ley habían danzado sin éxito por los despachos parlamentarios.
Uno de los hitos más sobresalientes de esa pelea fue un simulacro de votación femenina que las mujeres lograron realizar en 1920 en la ciudad de Buenos Aires, con la participación de 4 mil porteñas que fueron el hazmerreír de los compadritos de esos años.
La socialista Alicia Moreau de Justo, la radical Elvira Rawson, y la independiente Julieta Lanteri fueron íconos de la lucha por los derechos políticos de la mujer.
Incluso, según consta en el libro "Julieta Lanteri. La Pasión de una mujer", de la historiadora y periodista Araceli Bellota, esta transgresora y luchadora, que se graduó como médica, formó su propia agrupación, el Partido Feminista Nacional, y se postuló como candidata a diputada nacional en 1919.
Pero esa no fue su primera conquista: siempre volcando a su favor los recovecos de la ley y poniendo en un brete a la Justicia, el 23 de noviembre de 1911, Lanteri logró que la habilitaran para votar en las elecciones de concejales.
Así, 40 años antes de que fuera una realidad el voto femenino en Argentina, Lanteri se convirtió en la primera mujer en entrar a un cuarto oscuro en el país y, para algunos historiadores, también en Latinoamérica.
Martes, 11 de noviembre de 2008