Los obispos piden implementar políticas para el campo, promover el federalismo y la inclusión social. Cuáles son las nuevas angustias que identifican.
El texto, que lleva como título "Hacia un Bicentenario en justicia y solidaridad" y fue redactado por los obispos Jorge Casaretto, Guillermo Rodríguez Melgarejo, Sergio Fenoy y Enrique Eguía Seguí, reclama un "proyecto de país" y alerta que aún "no se ha logrado reducir sustancialmente el grado de la inequidad social".
"Anhelamos poder celebrar un Bicentenario con justicia e inclusión social. Es, primariamente, un problema moral que nos afecta en nuestra dignidad más esencial y requiere que nos decidamos a un mayor compromiso ciudadano. Pero sólo habrá logros estables por el camino del diálogo y del consenso a favor del bien común, si tenemos particularmente en cuenta a nuestros hermanos más pobres y excluidos", afirmaron los obispos.
La Iglesia exhortó hoy a poner el diálogo por encima "del afán de dominio" y los "intereses partidarios" para lograr que la erradicación de la pobreza y el desarrollo integral de todos los argentinos sean "prioridad nacional".
Los obispos reunidos en la localidad bonaerense de Pilar advirtieron, además, que "nunca llegaremos a la capacidad de dialogar sin una sincera reconciliación".
En un pasaje del documento, la iglesia analiza "las nuevas angustias que nos desafían": la inseguridad social, el flagelo del trabajo informal, la emergencia educativa, el "gravísimo problema" del endeudamiento del Estado, la corrupción, la violencia, la inseguridad y el consumo de drogas, son los puntos centrales.
"Por ello hay que sumar en lugar de restar, importa cicatrizar las heridas, evitar las concepciones que nos dividen entre puros e impuros y no alentar nuevas exasperaciones y polarizaciones para no desviarnos del gran objetivo que es contribuir a erradicar la pobreza y la exclusión social", alertó el Episcopado en un documento de doce carillas.
Viernes, 14 de noviembre de 2008