Argentina dispone de 22.000 metros cúbicos por habitante al año. En Santa Fe un senador y una ONG ecologista piden que se regule el negocio. Se asoma el mayor conflicto geopolítico del siglo XXI: en el planeta sólo el 3% de agua es dulce.
Es una historia de piratas. Vienen en barco, se llevan el agua y la venden al otro lado del Atlántico sin mayores restricciones de la estructura jurídica nacional o provincial. Así de desmedido y paradójico es cómo empresas internacionales venden por internet el agua de los ríos argentinos a Medio Oriente y África, según la versión difundida en los últimos días por el senador Ricardo Kaufmann (PJ – San Javier), y suscripta por la ONG ecologista Río Paraná SOS.
Convencido de lo que denuncia, Kaufmann presentó un proyecto de ley para que la provincia regule un negocio que estaría generando millones de dólares.
El agua dulce, dada su escasez en el planeta (3% del total), asoma como el mayor conflicto geopolítico del siglo XXI. Argentina dispone de mucho (22.000 metros cúbicos por habitante al año), pero mal distribuida: dos tercios de su territorio es árido o semi árido. En este escenario, la empresa Makhena SA, con sede en Miami y sucursal en Buenos Aires, ofrece por internet agua dulce de los ríos de la llanura argentina. El Paraná es el más importante de ellos.
La iniciativa de Kaufmann rebotó en los medios nacionales. En lo que dura una mañana, el senador sanjavierino se convirtió en el gurú del agua dulce. La charla en su despacho con Crítica de Santa Fe fue interrumpida por cuanta radio del país lo llamara. Él atendió a todas, con la adrenalina de quien se siente felizmente codiciado por la prensa. El último llamado lo alarmó y le hizo tomar nota: “Eran de Salta: dicen que se están llevando el agua de las napas por cañerías hacia Chile”, transmitió.
Lunes, 17 de noviembre de 2008