Con 46 votos a favor, 18 en contra y una abstención, el Senado hizo ley anoche la iniciativa kirchnerista que devolverá al estado la totalidad de los fondos previsionales, poniendo punto final al sistema de administradoras privadas sancionado hace 14 años.
Fue en una sesión signada por la tranquilidad del bloque oficialista que –acompañado por el socialismo y kirchneristas díscolos– esperaba de antemano un resultado favorable y por el mea culpa de los senadores que en 1993 apoyaron la creación de las AFJP.
En el comienzo del debate, a las 11, más de la mitad de los senadores se anotaron en la larga lista de oradores para expresar su postura. “¡Se anotaron todos!”, exclamó al ver los 39 nombres el oficialista José Pampuro, quien presidió la sesión en reemplazo del vicepresidente Julio Cobos, a cargo temporariamente de la Presidencia.
Varios de los legisladores que abultaban la nómina aprovecharían su discurso para justificar el cambio de opinión, casi una década y media después.
Fue el caso del tucumano Julio Miranda, vicepresidente de la comisión de Previsión, quien en 1993 aportó su voto para la creación de las administradoras privadas.
“Desandar un camino de errores constituye un camino difícil, pero valiente. Reconozco que voté ese cambio”, concedió. Lo siguió César Gioja.
Como sucediera durante el debate en la Cámara de Diputados, un legislador opositor que en su momento llegó al Congreso de la mano de Elisa Carrió se transformó en el más enfático defensor del texto.
Aquella vez fue María América González (SI) y ayer, el fueguino José Martínez (ARI). De todas formas, tras remarcar que “sólo el Estado garantiza una jubilación digna”, el senador cuestionó a algunos oficialistas por haber impulsado la creación de las AFJP.
Apuntó contra el actual secretario Legal de la Presidencia, Oscar Parrilli; el titular de la Uocra, Gerardo Martínez, y el gremio Smata. Así motivo una nueva autocrítica, esta vez de la hermana de uno de los aludidos, la neuquina Nanci Parrilli. “Quien en estos 25 años de democracia no se haya equivocado, que tire la primera piedra”, azuzó.
Pero Martínez no fue el único que criticó las contradicciones. El salteño Juan Carlos Romero, integrante del bloque mayoritario, anuncio que reincidiría en votar contra su bancada porque la iniciativa fue “un desacierto”. Para explicarse, blandió el libro que el jefe de Gabinete, Sergio Massa, escribió hace apenas un año –cuando conducía la ANSeS– en defensa de la libre opción jubilatoria. “Esta es la clásica marcha y contramarcha de los argentinos en la historia”, se quejó, aunque luego reconoció que él “nunca” abandonó el régimen estatal. Lo mismo que subrayó el rionegrino de la Concertación, Pablo Verani, único senador que pidió autorización para abstenerse por hallarse “en un mar de confusiones”.
Sobre el cierre del debate ingresaron al recinto el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, y el titular de la ANSeS, Amado Boudou, quienes rezongaron en voz baja entre sí mientras el radical Gerardo Morales cuestionaba al Ejecutivo por haber impulsado “una ley corta, precaria”. En cambio, el kirchnerista Miguel Pichetto lo escuchaba casi sonriendo, notoriamente distendido y con la seguridad de que anoche no habría en el Senado un voto “no positivo”.
Viernes, 21 de noviembre de 2008