El gobierno nacional convocó para hoy a las 11.30 a la residencia de Olivos a todos los gobernadores del país para darle marco a una nueva batería de anuncios que tendrán como gran protagonista a la flamante ministra de Producción, Débora Giorgi.
La sorpresa de hoy fue tan anticipada desde el Gobierno que ayer dos cámaras empresariales agradecieron por adelantado. Fueron la Asociación de Concesionarios de Autos (ACARA), cuyos socios sufren la primera caída sostenida de ventas desde 2002, y la CGE, que pilotea el pyme textil y diputado kirchnerista Marcelo Fernández. Hoy habrá otra catarata de comunicados de apoyo. De hecho, empresarios y sindicalistas también fueron convocados a la residencia presidencial.
Los anuncios se inscriben en el paquete antirrecesivo de los Kirchner, una serie de medidas y gestos muchas veces contradictorios con los que el matrimonio presidencial viene intentando pilotear la crisis financiera internacional y la desconfianza local.
El programa de fomento a la venta de autos, que se perfila como el eje del plan oficial, promete que un cero kilómetro se podrá comprar en cuotas más cómodas que nunca. Fuentes oficiales confirmaron ayer que el Gobierno subsidiará toda la tasa de interés para los 100 mil vehículos que entren en la promoción. A tasa cero y a cinco años, la idea de los créditos es que los consumidores puedan acceder a un primer coche con cuotas de unos 700 pesos mensuales.
Según acordó Giorgi con las multinacionales del sector, los compradores sólo podrán elegir el modelo más barato de cada marca, que vendrá con menos accesorios pero tendrá un descuento cercano al 20 por ciento. Según fuentes empresariales, los más populares que se incluirán son el Peugeot 206, el Chevrolet Corsa, el Ford Ka y el VW Gol.
En el caso de los electrodomésticos, el Gobierno apuesta a un “plan canje” de heladeras que estimule a los fabricantes locales a frenar la ola de suspensiones de trabajadores. Se entregaría un bono fiscal a quienes entreguen su heladera vieja como parte de pago de una nueva nacional. Con eso, apuntan a renovar el parque y ahorrar energía. Además, habrá medidas de impulso a la industria marroquinera y textil. Pero el plan no se agota ahí. En el Palacio de Hacienda, no descartaban anoche algún anuncio más general, como la prometida suba de los reintegros a las exportaciones fabriles. En todos los casos, las empresas beneficiadas deberán comprometerse a no despedir personal.
La incógnita que queda por develar es cómo se financiará el plan y cómo se canalizará la ayuda. Según las últimas versiones oficiales, será la ANSES la que redistribuya entre los bancos públicos y privados los depósitos a plazo fijo que mantiene en el sistema financiero, por unos 7 mil millones de pesos. También volcará a los bancos el primer flujo de fondos que reciba por los aportes de los nuevos trabajadores adheridos al régimen. Se habla al menos de unos 3 mil millones más.
La distribución del fondeo entre los bancos se haría mediante licitaciones. En ellas ganará el banco que cobre el menor margen de intermediación. Cada entidad ofrecerá una tasa de interés para los depósitos (que pagará a la ANSES) y otra para los créditos (que cobrará a quienes le pidan prestado). El elegido será el que muestre la menor diferencia entre ambas puntas.
Entre las medidas que tiene pendiente el Gobierno se destaca un aumento para los jubilados y los detalles del plan de obras públicas de 71 mil millones de pesos que anunció la Presidenta la semana pasada.
La convocatoria para hoy sorprendió a la mayor parte del elenco oficial. Cuando recibió el llamado de Presidencia, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, estaba en Perú a la espera del encuentro que tuvo ayer con el presidente Alan García, que finalmente se concretó ayer. Tenía previsto quedarse un día más pero tuvo que regresar de urgencia, lo mismo que el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, que había viajado a Río de Janeiro para acordar la compra de aviones al gobierno de Luiz Inácio “Lula” Da Silva.
Jueves, 4 de diciembre de 2008