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Seguridad
Caso Cristian, declaran libreños
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Viernes, 19 de diciembre de 2008

Al último debate del año 2008 faltaron seis de los ocho testigos
Un dato surgido ayer motivó que el lunes, tanto el tribunal como las partes, deban viajar a Saladas para interrogar a un anciano. De los llamados a declarar como testigos solo lo hizo José "Cacho Danuzzo", Sergio Lopez argumentó que tenía compromisos asumidos con anterioridad¿? y Diego Matías Figueredo que no tenía dinero para ir a Corrientes¿?.


En una jornada que contó con la ausencia de seis de los ocho testigos convocados por la defensa de los nueve imputados por el secuestro extorsivo de Christian Schaerer, cerró la ronda de audiencias de 2008.

Tal como viene ocurriendo, el último debate del presente año comenzó con casi una hora de retraso e inmediatamente se nombró a las personas que estaban citadas para ayer.

Sergio López, periodista de Paso de los Libres, adujo no poder asistir por haber hecho compromisos anteriores y por cuestiones laborales. En tanto, Bartolo Pérez falleció el 21 de abril.

Por su parte, Julio Yardín, oriundo de Itatí, fue notificado por la Policía pero no se presentó. Rubén Villalba dio una dirección que la Justicia no logró hallar para informarle de la citación.

Rodolfo Bullón informó un domicilio (en Libres) en el cual funcionaba una iglesia evangélica que está abandonada y deshabitada. Además los vecinos nunca lo oyeron nombrar.
Finalmente, Diego Matías Figueredo anotició, vía telefónica, que no concurriría por problemas monetarios.

Con la baja del 75 por ciento de los testigos convocados, se llamó al banquillo a Guillermo José Vaccaro, un ingeniero agrónomo que al momento del rapto del estudiante correntino era propietario del galpón en el cual habría estado cautivo algunos días.

El hombre relató que se enteró de la presencia de la Justicia en el predio cuando habló con Oscar Ramírez, quien en ese momento trabajaba en una estación de servicios y vivía en una finca ubicada dentro del perímetro del lugar, estimado en 100 hectáreas.

El depósito en cuestión está ubicado por Ruta Nacional 118, camino a Santa Rosa y en las cercanías había una casilla de madera, en la cual se sospecha permaneció Christian.

Al enterarse de ello, Vaccaro se presentó espontáneamente ante la Justicia y por ello fue citado como testigo. En sus dichos ante el Tribunal describió con lujo de detalles el lugar, los materiales, el mobiliario y las personas que en él habitaban.

Un dato no menor que aportó fue que en el lugar no hay agua corriente, sino que el vital líquido sólo se puede obtener de un aljibe.

También, de sus dichos surgió la figura de un hombre que oficiaba de casero en ese entonces, y quien podría haber visto si el joven estudiante correntino estuvo allí cautivo (ver buscando a “el viejito”).

Luego fue el turno, a las 10:14, del comerciante libreño José Ernesto Danuzzo, quien comenzó diciendo que era conocido de los Salgán y los Sudo.

A Raúl Nemesio, a quien dijo conocer “de toda la vida”, le compró un camión Mercedes Benz 312 con furgón, que aún lo utiliza, “en el mes de octubre de 2003”, aunque no pudo precisar la fecha.
Sin embargo, de esta transacción no posee boleto de compra-venta que atestigüe cuándo ocurrió el acuerdo ni que “Caniche” Salgán sea parte del trato. “Los papeles están a nombre de un hombre de apellido Romero”, se excusó.

Por esta razón, alrededor de cuatro o cinco meses después del trato y a pedido de la Justicia, ante escribano público se reconoció la transacción. Estos papeles posee Danuzzo en su hogar, en Paso de los Libres, y deberá hacerlos llegar al Tribunal lo antes posible.

También, en el marco de ese tema, el abogado querellante Ernesto González le solicitó que ubicara en la sala a quien le pagó algunas de las cuotas por el vehículo. Allí, el hombre señaló a Gabriel Sudo, aunque aclaró que no tenía relación con él, salvo en esas oportunidades en que le dio el dinero.

Luego el interrogatorio de la fiscalía se abocó a saber si el testigo conocía la chacra que poseían los Salgán, en la cual supuestamente también estuvo cautivo Christian, y que queda a la vuelta del lugar en que habita el hombre.

A través de las preguntas, Resoagli hizo que el hombre describiera el lugar y qué había en su interior. Tras contar cómo era el frente, el portón y algunas dependencias, luego citó que había caballos y ponys en ese sitio.

Además estableció que los cuidadores del lugar era un hombre de apellido Carbonell y un tal “Lelé” Miño; y que en el período en que dicen que el estudiante raptado estuvo allí “no vi movimientos extraños”.

Inseguridad y presión
Otro tramo del cuestionario volvió al tema de los vehículos que poseía Salgán. Respecto a ello, el testigo dijo que “‘Caniche’ siempre tuvo vehículos” y, ante la insistencia de Resoagli acerca de que precise qué rodados poseía, Danuzzo, titubeando, vociferó “un (Volkswagen) Gol” (que sería uno de los automóviles utilizados en el secuestro), aunque inmediatamente se rectificó y, también inseguro, afirmó que podría ser “un Fiat o un (Ford) Falcon”.

Esto hizo que el fiscal federal se “encienda” y comience a preguntarle con insistencia para que precise de qué rodados hablaba. Allí intervino la presidente del Tribunal, Lucrecia Rojas de Badaró, quien advirtió al funcionario público que “no hostigue al testigo”.

Al mismo tiempo, los abogados defensores levantaban sus manos para advertir el “acoso” de Resoagli.
Con la confirmación por parte del abogado querellante del apodo de Danuzzo (responde al mote de “Cacho”) se pasó a un cuarto intermedio.

Al regreso del receso, que duró casi una hora y media, se leyó la declaración de “Jaimito” respecto al reconocimiento del galpón ubicado en Saladas, llevado a cabo el 6 de noviembre de 2006, y se resolvió hacer lugar al pedido de indagar al cuidador (ver recuadro en página 24).

Además la defensa reiteró que intentará ubicar a los testigos que no acudieron a la audiencia y, para finalizar, el abogado Oscar Gómez solicitó que la familia Salgán, alojada en la Unidad Penal Nº 7 de Resistencia, pueda pasar ambas fiestas (Navidad y Año Nuevo) en el patio de visitas puesto que “desde que están privados de la libertad nunca han compartido una festividad”.
La jueza Badaró aceptó la solicitud y, tras desear “paz y bien” a los presentes, convocó al 3 de febrero de 2009 desde las 8:30.

Buscando a “el viejito”
Por las declaraciones de Vaccaro surgió la figura de un anciano que, al no saber su nombre de pila, lo llamaron “el viejito”. Este hombre habitaba (se desconoce si en la actualidad también) en la zona del galpón, donde cuidaba herramientas agrícolas.

Luego se supo, tras la lectura de la declaración de Sergio “Jaimito” Cornelli Belén, que el casero de más de 70 años se llamaría Dionisio Torres, aunque no se sabe si aún vive.

El fiscal Oscar Resoagli dijo que, cuando concurrieron a Saladas para la inspección ocular con el imputado, el anciano tenía “incapacidad auditiva y visual”. De estos dichos surgió el pedido de la defensa para constituirse a Saladas, a fin de hablar con este sujeto que, de ser como dijo “Jaimito”, fue testigo del preciso momento en que Schaerer estuvo sometido en ese predio.

Por ello se acordó, tras tomar la decisión en un cuarto intermedio, que el lunes, a partir de las 10:30, tanto el Tribunal Criminal Oral Federal como la defensa, fiscalía y querella se trasladen hasta la ciudad distante a 100 kilómetros de Capital para someter a interrogatorio a Torres. También se solicitó a la Policía local que acuda al galpón para verificar si aún estaba vivo, aunque al cierre de la jornada no había llegado la respuesta.

Bajas en el proceso
Tres de las ocho audiencias llevadas a cabo hasta ayer contaron con malas noticias. Resulta que en esos casos, siempre al menos uno de los convocados falleció.

Es así que el jueves 4 de diciembre debió acudir Leonardo Muchenick Serial a declarar, pero sólo lo hizo su hijo porque el hombre murió meses antes.

El 11 estaba citado Carlos Ignacio Martínez, pero pereció en abril.
Y finalmente, ayer faltó Bartolo Pérez, cuyo deceso ocurrió el 21 de abril.

Es de esperar que, para bien de la defensa, querella y fiscalía, en los siguientes debates no se produzcan más hechos de este tipo, con el fin de llegar a la verdad y que se haga justicia.

Apuntes de la jornada de ayer
* Una constante, y que ayer no faltó, fue que Cristian Ramón Carro Córdoba siempre ingresa al recinto con un anotador y birome en mano. Sucede que “El Gordo” toma nota de los testimonios de los testigos y de las incidencias que se registran.

* En por los menos las últimas dos audiencias a Adrián Gonzalo Acosta, conocido como “Paragüita”, se lo vio con actitud similar a Carro Córdoba. El también escribe pasajes de los dichos de quienes pasan por el banquillo.

* Por primera vez desde que se inició el proceso, ayer faltó a la Cámara en lo Criminal Federal la madre de Christian, Pompeya Gómez.

* A pesar de las correcciones que hicieron que en las jornadas precedentes se tuviera un buen sonido, nuevamente ayer se escucharon los tan molestos acoples cuando alguna de las partes hablaba.

* El abogado defensor Jorge Barboza no sólo se destaca por vestir elegantemente, casi siempre, trajes de color oscuro. Otra de sus predilecciones es pedirle a los testigos que confeccionen croquis de los lugares que describen. Ya se lo había solicitado a Sofía Isabel Koli el 11 de diciembre. Ayer hizo lo mismo con Guillermo José Vaccaro.

Fuente Diario Epoca


Viernes, 19 de diciembre de 2008

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