Paso de los Libres (21-2-11): El incendio del Supermercado La Frontera dejó al descubierto las falencias que en materia de seguridad tiene Paso de los Libres. El Comité de Defensa Civil brilló por su ausencia, el Jefe de dicho comité, el Intendente Eduardo Vischi, no se encontraba en la ciudad a pesar de lo cual “ordenó” que se siga con el “carnaval familiar” que se realizaba a tan solo 200 mts. del lugar del incendio. La desorganización de los primeros momentos fue caótica a pesar del empeño y valor de los bomberos del cuerpo activo y que puso en peligro hasta la vida de los mismos. El orden comenzó a darse a partir de la llegada al lugar de las fuerzas de seguridad.
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Uno de los problemas más graves que se debió enfrentar fue la falta de agua y ahí comenzaron a verse las falencias y desinteligencias, faltó un camión cisterna de apoyo en forma permanente a fin de evitar que falte el líquido, a más de una hora y media comenzaron recién a llegar los camiones municipales y personal comunal, ya que la mayoría estaba afectado al control del corso del intendente. Llegaron antes las dotaciones de particulares con pequeños tanques que las municipales, luego asistieron las de la empresa que construye la autovía.
Las bocas de incendio no contaban aparentemente con el mantenimiento adecuado, ya que, al menos, la ubicada en Madariaga y Brasil tuvo que ser abierta por el personal de Aguas de Corrientes, llamada al efecto.
En el lugar no había iluminación, tan solo se alumbraban con las luces de una camioneta estacionada frente al super, hasta que llegó la autobomba de Curuzú que desplegó una columna con reflectores lo que permitió una mejor visión, a más de dos horas de comenzado el siniestro.
Para atacar el fuego desde las ventanas superiores los bomberos se valieron de una “mulita” para llegar a dicha altura, aunque la municipalidad cuenta con la camioneta con la grúa para reparar el alumbrado, la cual nunca se hizo presente debido a que prestaba funciones en el corso de la demagogia.
Aunque la Asociación de Bomberos libreña cuenta con los elementos necesarios para cortar chapa, cortadoras, expansores, tijeras, etc., que podrían haber servido, si es que los tenían en el lugar, para abrir el portón de chapa de uno de los galpones, pero ello debió realizarse con la misma “mulita” que chocando en tres o cuatro oportunidades logró doblar el portón para poder atacar el fuego.
La tarea de la Policía de Corrientes en los primeros momentos fue lamentable dado que en los primeros minutos se agolparon en la esquina de Colón y Brasil cientos de personas y los pocos efectivos policiales en lugar de desalojar el lugar se dedicaban a sacar fotos y mandar mensajes por sus celulares, el desalojo se concretó cuando llegaron efectivos de Gendarmería, Policía Federal y Prefectura a mas de una hora del comienzo del incendio.
El control del tránsito fue también altamente deficiente, los inspectores no sabían a donde derivar el tránsito ya que por la calle Colón no se podía, por Madariaga se realizaba el corso del Intendente y Cnel. López era la usada por las autobombas para llegar a cargar agua al cuartel. Tal era el desconcierto que uno de los inspectores más antiguos relataba que la Directora de Tránsito le preguntaba que debían hacer; en la esquina de Colón y Rivadavia quien dirigía a los autos en el primer momento era un ciudadano común debido a que la situación estaba superando todo.
Sobró disposición, valor, arrojo, desprendimiento, pero faltó algo básico que es la coordinación, faltó lo que debería ser el Comité de Defensa Civil, decir que la misma estaba en el lugar porque se encontraban todas las fuerzas es literalmente tomar el pelo a la gente, ya que las fuerzas de seguridad llegaron cuando la Policía de Corrientes estaba desbordada y había cientos de personas en el lugar corriendo peligro, los elementos que se necesitaban en ese momento, humanos y de infraestructura, se encontraban en Paso de los Libres pero nadie lo había tenido en cuenta y ni siquiera se sabía en donde se encontraban camiones cisternas, el dato más claro es que existiendo en la municipalidad la grúa del alumbrado la misma nunca se hizo presente.
Lo del “corso familiar” fue patético, el Intendente Vischi, que no se encontraba en la ciudad, exigió, en contra de la idea de sus funcionarios, que el mismo se realizara en una actitud de soberbia e irresponsabilidad inusitada pensando siempre en el rédito político que pudiera obtener. Cabe destacar que el inicio del corso se realizó una hora y media de iniciado el incendio que distaba tan solo a dos cuadras de donde se efectuaba la fiesta. El problema más grave que esta medida acarreó es que al estar cerrada la calle Madariaga, más ancha y cómoda para la circulación de las dotaciones y ambulancias y el camino directo hacia el hospital, todos los móviles afectados en el lugar debían dar una gran vuelta, perdiendo un tiempo inestimable.
Hoy es el momento de efectuar los replanteos, no esgrimir justificaciones y deslindar responsabilidades, es el momento de la serenidad y de asumir los errores que se cometieron, que son muchos más que los resumidos en esta apretada síntesis, no es por cierto la oportunidad de hablar para adentro y si la de buscar a todos quienes tengan la experiencia necesaria para solucionar los problemas que quedaron al descubierto con esta desgracia, en donde se vieron las acciones más valerosas, más solidarias, pero se desnudaron falencias que no deberían haber y las miserias de quien privilegió la obtención de unos pocos votos ante que paliar una de las desgracias más grandes de nuestra ciudad, que involucra la fuente de trabajo de cientos de personas que vivían, directa o indirectamente.
Es en definitiva el momento de ponerse los pantalones largos y trabajar en la solución de las falencias vistas y privilegiar la seguridad de la población, en una forma de respeto aunque sea para quienes arriesgaron todo para salvaguardar los bienes ajenos.
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Lunes, 21 de febrero de 2011