El jefe de gobierno porteño cuestionó el accionar de "violentos", pero rechazó asumir la responsabilidad política en los incidentes. El afán del PRO para empezar, antes de las próximas elecciones, la construcción del nuevo Centro Cívico en los terrenos del Hospital José Borda, en Barracas, desató ayer una nueva crisis política dentro del gobierno porteño, gracias a la feroz represión que desató la Policía Metropolitana contra pacientes psiquiátricos, trabajadores de la salud, periodistas y reporteros gráficos.

Ante la ola de críticas y el impacto de las imágenes que inundaron los medios, el jefe de gobierno Mauricio Macri, dio una conferencia de prensa, justificó la represión y defendió la importancia del proyecto inmobiliario para mudar a gran parte de la administración estatal capitalina. "No podemos ceder ante los violentos", espetó el alcalde porteño, en una puesta en escena similar a la que desempolvó el aparato de comunicación del PRO luego del temporal que dejó seis muertos en la Capital. Visiblemente molesto, como en la última crisis climática, Macri recibió a los medios luego de las 19:30. Fue una hora antes de que se conociera un duro fallo en su contra, con la firma de los miembros de la Sala II de la Cámara en lo Contencioso, Administrativo y Tributario por haber violado las disposiciones de ese Tribunal y quedar al borde de un proceso penal (ver pág. 8).

Rodeado por la vicejefa, María Eugenia Vidal; el jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta; y su ministro de Justicia, Guillermo Montenegro, Macri eludió las preguntas sobre la ferocidad del operativo represivo. En su lugar, buscó redoblar la apuesta y repasó parte de su libreto electoral: "Sigo pensando que no tenemos que ceder ante los violentos. Vamos a seguir trabajando, intentando dialogar, proponer, y pedimos que baje este nivel de violencia", remarcó el alcalde. "No se puede entender y me da tristeza que tengamos un policía tratando de salvar un ojo, otro que intenta recuperarse de una conmoción cerebral, 15 más que pasaron por el hospital, colegas de ustedes que recibieron balazos de goma, obreros que estaban trabajando, agredidos. No se entiende que pase esto", reiteró el alcalde, poco antes de relacionar el operativo del Borda con el despliegue que también protagonizó la Metropolitana para enrejar el Parque Centenario.

"Pensamos que con lo dialogado, lo legislado y lo decidido por la justicia, esto no iba a volver a suceder, pero nos encontramos con violentos que no pararon hasta que hospitalizaron a varios", disparó Macri, sin decir una palabra sobre la treintena de heridos, salvo por los periodistas agredidos, a quienes les transmitió su "tristeza por lo sucedido". Durante la conferencia, Macri volvió a defender su proyecto de Centro Cívico. Dijo que "es a favor de la gente, del sur de la ciudad, de los que vienen al centro todos los días".

Aunque Macri no quiso hablar sobre la responsabilidad política de la represión, Montenegro tomó el micrófono y, como no lo hacía desde el escándalo de las escuchas ilegales, remarcó: "El responsable político de la Metropolitana soy yo." Faltaba media hora para que el macrismo aceptara, dentro de la Legislatura, habilitar una sesión especial para hoy, donde el ex juez federal responderá las preguntas de un pedido de interpelación impulsado por diez legisladores que también buscan que Rodríguez Larreta y los ministros de Salud, Graciela Reybaud, y de Desarrollo Urbano, Daniel Chaín, pasen por el mismo proceso.

Pocas horas antes, Vidal había ofrecido una primera rueda de prensa. La funcionaria justificó la violencia policial y dijo que la Metropolitana "se defendió". "La policía no va a agredir si no es agredida. No va a atacar con palos", dijo la funcionaria. "La policía fue asignada para custodiar la obra, nunca previmos que podía haber tal nivel de agresión hacia la policía, el predio estaba vacío, no hubo desalojo porque no había nadie", subrayó.

Sábado, 27 de abril de 2013