Mendoza (21-11-16): El sistema, un desarrollo de ingenieros de Mar del Plata, acopla a un motor convencional un equipo que, usando agua, permite hasta un 50% de ahorro en combustibles, no produce prácticamente emisiones contaminantes y no tiene efectos negativos en los motores.
Foto: Una camioneta Saveiro que funciona a agua

Parado al lado de su propio vehículo, una Volkswagen Saveiro, que funciona en parte –para sorpresa de los incrédulos- con agua, Alberto Ravale explicó a Mediamza la revolucionaria invención de ingeniería que, añadida a un motor usual, posibilita que un auto funcione parcialmente con el hidrógeno proveniente –inverosímilmente- del agua.

Así, la empresa sanrafaelina Ravale, dedicada además a la instalación de equipos GNC y mecánica en general, promete una revuelta energética en el sur de Mendoza; son los franquiciados de este insurrecto sistema que hace funcionar automóviles con agua. Instalando un equipo del tamaño de una caja de zapatos, logran que un motor convencional –de cualquier tipo; nafta, gasoil o GNC- funcione, parcialmente, con agua. De esta forma, permite un ahorro de hasta un 50% en el combustible, elimina en un 97% las emisiones de gases contaminantes –es casi completamente limpio- y no tiene efectos negativos en los motores sino justamente lo opuesto, porque, a diferencia del gas, no produce un sobrecalentamiento; el hidrógeno del agua provoca una fuerte baja de la temperatura en la cámara de combustión, lo que no sólo no origina desperfectos, sino que proporciona potencia adicional.

El equipo, relató Alberto Ravale a Mediamza, tiene orígenes en Mar del Plata, ciudad en la que un grupo de ingenieros se reunió y creó este revolucionario sistema, homologado por IRAM en 2008.

Seguidamente, y luego de asistir a un congreso convocado por la empresa marplatense –MDQ Hidrógeno Vehicular-, a Ravale le fue otorgada la franquicia.

Pero, ¿Cómo funciona exactamente y cuáles son sus beneficios?

El sistema, cuenta Alberto, funciona por medio de un proceso de electrólisis. Produce una hidroxis dentro del motor, ingresando hidróxido en un 60 por ciento y un 40 por ciento de oxígeno.

El hidrógeno genera una explosión 21 veces más potente que la nafta, lo que –además de sumarle considerable fuerza- quema prácticamente todo el carbono de la combustión, por lo que anula la emisión de los gases contaminantes.

El hidrógeno en el motor provoca una fuerte baja de la temperatura en la cámara de combustión, proporcionando un 15 por ciento extra de potencia.

Esta innovación, relata Ravale, permite economizar entre un 20 y un 25 por ciento en ciudad y entre un 40 y 50 por ciento en ruta.

El auto, a partir del emplazamiento del sistema, se alimenta del combustible convencional (nafta, gasoil, GNC), más una carga de agua destilada con un compuesto químico que se suministra cada mil kilómetros recorridos, y cuesta 100 pesos.

El equipo tiene el tamaño de una caja de zapatos, su montaje no modifica la electrónica del auto, y se realiza en cuestión de horas. El costo es de 10.500 pesos (la mitad que un equipo de GNC), y puede instalarse en todo tipo de vehículos; nafteros, diésel y GNC.

Lunes, 21 de noviembre de 2016