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Política - Ganancias
Complicaciones para el gobierno: Gobernadores, sindicatos y el peronismo buscan el dictamen para Ganancias. El macrismo quiere ganar tiempo
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Lunes, 12 de diciembre de 2016

Bs. As. (12-12-16): Ni los gobernadores ni los senadores quieren pagar el costo de trabar la modificación del impuesto a las Ganacias que votaron los diputados. En el Gobierno admiten que tienen pocas chances de frenar el proyecto y ahora se conforman con que se introduzcan cambios. El presidente Mauricio Macri y el ministro de Interior, Rogelio Frigerio, que maneja la relación con los gobernadores. (Fuente: DyN)El presidente Mauricio Macri y el ministro de Interior, Rogelio Frigerio, que maneja la relación con los gobernadores.
Por: Werner Pertot


Mientras el presidente Mauricio Macri concluía ayer sus minivacaciones en Córdoba –un descanso en una estancia que solo interrumpió para decir que “se ríe” de los opositores–, sus principales operadores fatigan teléfonos de gobernadores y senadores en busca de frenar la sanción de la reforma del impuesto a las Ganancias. Las expectativas de los negociadores PRO vienen a la baja: ahora se conforman con que el Senado introduzca algún pequeño cambio en el proyecto que aprobó Diputados y lo devuelva a la cámara de origen. Una postergación de la discusión es a lo máximo que se aspira, habida cuenta que ni los gobernadores ni los senadores quieren cargar con el costo político.

Hace algunas semanas, en su afán de descalificar la estrategia electoral que le ofreció su principal espada en el Congreso, el titular de la Cámara baja, Emilio Monzó, Macri mostró un inusual desprecio por los diputados: “El expresa un microclima en el cual vive, que es el de la Cámara de Diputados, pero es distinto al del Gobierno y al que la gente vive”. Cuando ese “microclima” le estalló en la cara, nada menos que con Ganancias (una de sus promesas de campaña), Macri redobló la apuesta y los trató de irresponsables y chantas.

No hay duda de que los operadores parlamentarios del presidente tienen un trabajo difícil en la negociación entre los mandobles de Macri y las admisiones de la vicepresidenta Gabriela Michetti de que no dudarán en vetar la ley que salga del Congreso. Para colmo, el sector “PRO puro”, que suele despreciar las negociaciones políticas, se dedicó a cuestionar internamente el fracaso de la estrategia en el Congreso y en cargar las tintas sobre Monzó y sobre el jefe de bloque, Nicolás Massot. Ayer Jaime Durán Barba siguió acicateando esa interna (ver recuadro).

Curiosamente, Macri depende de esos negociadores y de la habilidad del ministro del Interior, Rogelio Frigerio, para evitar el costo político de un veto. Desde China, Frigerio dio su mirada sobre lo que sucedería si se aprueba la ley: “El peligro es convertir al Congreso nuevamente en una escribanía, pero de la oposición”.

“Sabemos que está difícil, pero estamos hablando con gobernadores y senadores”, indicó un funcionario que ya acumuló millas en visitar las provincias. El operador PRO indicó que no se prevé una convocatoria a los gobernadores previa a la del Congreso, sino muchos llamados y reuniones lejos de las cámaras y los micrófonos.

¿Qué pronóstico hacen hoy en Casa Rosada del resultado? “Reservado. No viene fácil”, contesta el negociador a este diario. La principal estrategia ya no sería que el Senado frene la reforma, sino que introduzcan modificaciones al proyecto original y vuelva a Diputados, como una forma de postergar el debate. “Así, no tendrían el costo de tener que bajarla ellos”, indicó el funcionario PRO. El problema es que si los cambios no son significativos, al final del camino espera el veto.

Quién ya dio señales de poder sumarse a esa estrategia fue el senador del PJ Rodolfo Urtubey: “Yo en general lo podría aprobar, pero creo que hay que modificarlo”, indicó. “Hay que mejorar el salario real de los trabajadores, pero se puede hacer sin tanto impacto fiscal en las provincias”, indicó. “Voy a firmar un dictamen con disidencia y voy a proponer en el recinto modificaciones”, remarcó, en consonancia con la estrategia oficial.

Mientras tanto, el gobierno viene buscando sumar declaraciones en contra del proyecto por parte de gobernadores, en busca de crear un clima de opinión desfavorable. Ya hizo circular el recorte que sufriría cada provincia con el proyecto aprobado por Diputados y seguirán profundizando en esa línea. El problema es que nadie quiere cargar con el costo político de decirle a una parte de la población que pagará más impuestos (e, incluso, a un grupo de trabajadores que comenzará a pagar impuestos que antes no pagaba).

Ayer los macristas festejaron las declaraciones del gobernador de Chaco, Domingo Peppo: “A veces creemos que hay sectores que deberían pagar más impuestos, pero no advertimos que al impulsarlos hacia ese fin estamos atacando también al empleo, como ocurre con el juego, sector que en la provincia del Chaco podría entrar a despedir gente si se aprueba la ley”. En la esquina contraria, el gobernador de Chubut, Mario Das Neves, advirtió: “El martes voy a ir a verles la cara a los que votan contra la gente”. Se refería a la convocatoria de la oposición a los gobernadores para que concurran al Senado y den su opinión. En el Gobierno, temen el resultado de ese encuentro. En uno similar, se quedaron sin reforma electoral.


Lunes, 12 de diciembre de 2016

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