Miércoles, 8 de Mayo de 2024
  
08/05/2024 20:47:32
Política
Brasil se debate entre Lula, Bolsonaro, las filtraciones, las amenazas y las conspiraciones
Compartir en Facebook    Compartir este artículo en Twitter    Compartir este artículo en WhatsApp    Imprimir esta nota
Jueves, 20 de junio de 2019

Brasilia (20-6-19): El gigante sudamericano y un presente político y social en llamas tras las filtraciones del Lava Jato, las posibilidades de libertad de Lula Da Silva y la caída en picada de la imagen y aceptación del actual Presidente.

Brasil es un brasero ardiente. Un devenir vertiginoso en menos de un año. A través de las redes sociales, se desató una verdadera guerra de versiones cruzadas. La máxima herramienta por la cual el ultrafascista Jair Messias Bolsonaro consiguió alzarse con el poder máximo, pareciera estarle jugando en su contra. En febrero, el 38,7 por ciento de los ciudadanos valoraba positivamente la gestión de Bolsonaro. Esa cifra cayó al 30,5 por ciento en abril, y decreció entre mayo y junio.

En resumen, aquello que la contracultura a la hegemonía de medios de comunicación intenta hacer trascender desde las ciberbarricadas comienza afirmando que Teori Zavascki fue el punto-nodo clave para entender por qué Lula Da Silva está preso.

Teori Albino Zavascki fue un juez, Magistrado del Supremo Tribunal Federal de Brasil, desde el 29 de noviembre de 2012 hasta su muerte, nombrado por la expresidenta derrocada tras el golpe de Estado propiciado por Michel Temer, Dilma Rousseff.

¿Cómo fue su muerte? Sugestivamente, el 19 de enero de 2017, la avioneta en la que viajaba se estrelló. Ocurrió en Paraty, una turística localidad costera del litoral de Río de Janeiro, a unos 250 kilómetros de la capital del mencionado Estado. Fue el único accidente aéreo en Brasil durante ese año. Más tarde se constató que la avioneta no tuvo fallas mecánicas. El juez estaba cerca de homologar las 77 acusaciones a exdirectivos del grupo Odebrecht (entre ellos, 8 ministros del golpista Michel Temer).

¿Por qué fue institucionalmente fundamental la muerte de Zavascki? Es que el -por entonces- juez Sergio Moro -quien el 12 de julio de 2017 condenó a Lula a nueve años y seis meses de prisión por la Operación Lava Jato- no podía garantizar el encarcelamiento del ex presidente, salvo que Zavascki saliese de la escena. El malogrado juez de la Suprema Corte brasileña era muy crítico del caso del Lava Jato y más cercano al concepto de inocencia de Lula.

Sin embargo, esto no fue todo. Aquí es donde entra en escena Adriano Antônio Soares, comisario de Angra dos Reis -Río de Janeiro-, perteneciente a la Policía Federal de Brasil, quien estuvo al frente de la investigación del accidente aéreo en el que murió Zavascki. ¿Qué ocurrió con Soares? Fue asesinado - junto con el comisario Elias Escobar- el miércoles 31 de mayo de 2017, con un arma de fuego, en un supuesto "tiroteo", en un establecimiento dedicado a la prostitución de la ciudad de Florianópolis -barrio Estreito-, cuando se inició una "pelea entre clientes borrachos". Ambos policías se encontraban en la mencionada ciudad sureña, con motivo de participar de un curso.

¿Quien asesinó a Soares? Fue Nilton César Souza Júnior, un hombre que vendía panchos, y que había ido al prostíbulo a llevar comida. Después del confuso episodio en el que fueron muertos ambos policías, se supo que Souza frecuentaba un Club y Escuela de Tiro llamado ".38", ubicado en la ciudad de San José, en la Gran Florianópolis.

Este club aduce tener 27 años de historia y más de 10 mil alumnos. Entre estos, además de Souza, aparecen sugestivamente dos individuos que resaltan de inmediato en los listados: los hermanos Carlos e Eduardo Bolsonaro, nada menos. A fines de 2017, la justicia determinó que Souza actuó en legítima defensa. La causa fue archivada.

En un registro tomado de redes sociales y publicado por la prensa brasileña, figura que durante los días 7, 8 y 9 de julio de 2018 en que Carlos Bolsonaro -segundo hijo del presidente brasileño- fue a practicar su declarado hobbie (el cual dijo usar para retiros espirituales y huir del stress generado por la política), también estuvo por allí un personaje que, vaya si dio qué hablar: Adélio Bispo de Oliveira.

Adélio fue el autor del cuchillazo a Jair Bolsonaro, en aquella manifestación callejera durante su visita a la ciudad de Juiz de Fora, en el estado de Minas de Gerais, que derivó en la internación del por entonces candidato, quien, a partir de ese acto de violencia, no paró de subir en las encuestas, hasta que finalmente fue consagrado como presidente de Brasil. Adélio dijo haber actuado siguiendo "el mandato de Dios". Más tarde, ya electo, Bolsonaro dijo tener ante sí una "misión de Dios" y asegurar que fue un "milagro" ganar las elecciones.

Y allí estaba Adélio, de 40 años, en el ".38". Sin embargo hay cuestiones que no conjugan: Adélio estaba desempleado; estuvo dentro de este exclusivísimo club de tiro, el cual cuesta -algunos dicen que 100, otros hablan de 600 reales por hora de práctica-, pudo pagarse el pasaje desde Minas Gerais hasta Floripa, ciudad donde consta que estuvo durante un mes, luego viajar a Juiz de Fora y desembolsar otra buena suma de reales para hospedarse allí, en una pensión local, y acuchillar a Jair Bolsonaro, casi delante de su hijo Carlos, que en esa oportunidad acompañó a su padre, cosa que nunca solía hacer.

Otros condimentos que alimentan a quienes siguen teorías conspiranoicas son que: en septiembre de 2018, dos semanas después del ataque contra Bolsonaro, la dueña de la pensión donde Adélio se alojó, Aparecida María da Costa, murió. Según una de las hijas, ella tenía cáncer terminal. Y otro antiguo huésped del mismo establecimiento, Rogério Inácio Villas, también fue encontrado sin vida, según los registros policiales, sin señales de violencia, y -aparentemente- por consumo de drogas.

Hace apenas 4 días se conoció la noticia de que la Justicia brasileña absolvió a Adélio tras concluir que no es imputable por sus trastornos mentales, y ordenó su reclusión provisional en un psiquiátrico hasta que los médicos determinen que "no es peligroso".

Más tarde, la historia fue más conocida: Moro encarceló a Lula, sin pruebas, en tiempo récord; Bolsonaro se consagró presidente, y de forma inmediata nombró al cuestionado juez como Ministro de Justicia de la Nación.

Mientras que, en las últimas horas, el diputado brasileño David Miranda, pareja del periodista estadounidense Glenn Greenwald, fundador de The Intercept, medio que reveló filtraciones sobre la Operación Lava Jato -conversaciones Sergio Moro y el fiscal de la causa, Deltan Dallagnol-, denunció haber recibido amenazas de muerte.

La democracia brasileña pende de un fino hilo, tras el destape de información donde se cuestiona la imparcialidad y profesionalidad de Moro durante el proceso judicial. Sus decisiones cambiaron el destino del país.


Jueves, 20 de junio de 2019

Copyright ©2008
Surcorrentino.com.ar
Todos los derechos reservados

DESARROLADO POR:
www.chamigonet.com.ar