Hoy, 7 de mayo, mi viejo, Carlos Estanislao Pérego, cumpliría 81 años, se fue el 26 de julio pasado, es difícil explicar lo que se siente al no tenerlo a nuestro lado, no poder charlar, no poder escuchar, no poder soñar en esas anécdotas cargadas de historia. Como todas las heridas cerrará algún día, pero queda la cicatriz, el recuerdo de las vivencias, de los ejemplos, de las enseñanzas no se borrará nunca.

Todavía hoy, en muchas ocasiones, nos corre un lagrimón cuando nos acordamos de tus cosas, cuando tus nietos más chicos y tus bisnietos te ven en la estrella más brillante que sale todos los días para mantener vigente tu presencia, cuando veo las fotos que ponen tus nietos mayores en Internet, o cuando como ahora que tengo la vista nublada escribiendo esta recordación.

Si pudiera hoy te querría contar, pero es seguro que en donde estés lo estarás escuchando, que todos estamos tratando de hacer buen uso de la herencia que nos dejaste, los principios, la ética, la decencia, las honradez, ese camino que nos marcaste y que fueron los basamentos de tu vida, por algo seguís estando en la consideración y en el recuerdo de tus amigos. En mi caso sigo luchando por lo que creo correcto, por lograr un país, una provincia y una ciudad en la que todos seamos privilegiados y no solamente un sector, eso es lo que aprendí de vos, luchar por las causas justas, y espero poder hacer que te sientas orgulloso de ello.

Pocas fechas suelo recordar, una era tu cumpleaños que justamente caía el mismo día que el de Evita, y siempre llegaba tarde a la cena por estar en algún acto partidario, y por paradoja del destino también recuerdo la del fallecimiento de ella, justamente el mismo día y hora del tuyo.

Viejo, siempre estás presente y lo seguirás estando, sos nuestra guía.


Viernes, 7 de mayo de 2010