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Opinión
La impunidad de la suma del poder
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Sábado, 6 de noviembre de 2010

Por Gabriel Link
Hace cinco años y algunos meses Eduardo Alejandro Vischi se presentó en Libres con una pose refrescante, una actitud mesiánica, un discurso renovador y referenciándose como el paladín de la nueva política.


Ganó, y luego se reeligió.

Hoy, cinco años y algunos meses más tarde la ciudad está toda rota, toda sucia y escandalosamente endeudada con buena parte de sus bienes embargados. ¿Qué pasó con aquel joven emprendedor que prometía gestión? Pues pasó que ese joven no era emprendedor ni tenía la menor idea de cómo se gestiona.

Uno, que observa el comportamiento político del intendente desde incluso antes de que lo fuera, no logra entender bien, como puede ocurrir que a casi cinco años, de la nada que representa su gobierno, la fauna política local le sigua temiendo del modo que le teme.

En realidad no le temen a él, le temen a sus herramientas periodísticas, saben que al que se meta con él le caerá encima todo el peso de sus alcahuetes mediáticos. Le temen también al electorado, creyendo, esta vez de manera errónea, que ese electorado está con "Peteco".

Es que no son capaces, quienes no comparten su espacio político, de elaborar el más mínimo análisis autocrítico, que les enrostraría la “noticia” de que el electorado apoyó a su intendente el año pasado porque ellos nunca se animaron a disputarle poder.

No existe política sin lucha por el poder y en Libres nadie se siente en condiciones de disputárselo a Vischi, la mayoría de los dirigentes políticos lo insulta por lo bajo, pero no lo denuncian, ni declaran públicamente algo que pueda irritarlo; con lo cual no defienden a la ciudad de "Peteco" y su secuaces.

Probablemente jamás haya habido un intendente en Libres que dejara tantos flancos abiertos, impresiona la impunidad con que goza ante la falta de controles.

Cada una de las obras públicas que inició en estos cinco años se encuentran rotas o inconclusas; los números no cierran ni por casualidad y tuvo que inventarse a un auditor externo a su medida para justificar el desfalco que está produciendo en las cuentas públicas.

Los sobresueldos a la “banda” que lo rodea son tan evidentes como nunca.

Recibió, cuanto menos, cinco o seis denuncias penales (está al caer una nueva) y sin embargo JAMÁS entró al concejo siquiera el más tímido pedido de interpelación, ni para Vischi, ni para su secretario de Hacienda.

En estos cinco años por las manos de "Peteco" pasaron -a grosso modo- unos 120 millones de pesos, pagó apenas 50 o 60 millones de sueldos, ¿se ven en la calle los restantes 60 o 70 millones?.

A lo sumo habrá invertido 10 o 12 millones en iniciar obras que, a poco de inaugurarse se rompen o que nunca llegan a término, ¿A dónde fueron a parar los restantes 50 o 60 millones.

A esto hay que agregarle las deudas, en 2001 recibió un municipio saneado, con una deuda flotante de apenas 270.000 pesos y en cinco años nos endeudó en más de 10 millones. La mayor parte de este monto es con Dpec, por no haber pagado NUNCA ni el alumbrado público ni las facturas por consumo en los edificios municipales.

Repito, NUNCA!

Por una de las causas judiciales que enfrenta el municipio tiene embargado el Estadio Agustín Faraldo y los dos autos que él maneja, y este viernes se conoció que hay un nuevo pedido de embargo, esta vez sobre las cuentas corrientes que el municipio tiene en el Banco de Corrientes.

Hay, en Eduardo Vischi, un evidente paralelismo con la figura de Mauricio Macri, ambos son producto de la corrupción política familiar, los dos son elegantes “chicos de sociedad” bien parecidos y distinguidos, y tanto uno como el otro llegaron al poder con el afán de hacer negocios para sí.

Ya no quedan dudas para el escriba (si es que alguna vez las hubo), de los motivos de su reelección con algo más del 70% de los votos… el ciudadano medio no lo ama, eso está claro, no hay siquiera empatía entre "Peteco" y su electorado, pero “la gente” (así, como entelequia), lo envidia, al libreño medio le gustaría ser como es él; rico, rubiecito, elegante, fino… y como no puede ser como él, es que “proyecta” y lo coloca como a su estandarte.

También en eso hay similitudes con Macri, nadie en la ciudad de Buenos Aires, podía suponer que un incapaz como el líder de PRO pudiera gobernar bien, aunque a los porteños les gustó “jugar” a ser él y por eso lo votaron.

Pero, si bien solo hay similitudes entre el jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires y el intendente de Libres; hay diferencias sustanciales entre una sociedad y la otra, los porteños tienen políticos jugados y formados e instituciones que funcionan, y los libreños vivimos en una suerte de Kansas City del 1800. Por sus “errores”, Macri hoy está contra las cuerdas y no sería extraño que sea destituido en poco tiempo, Vischi, en cambio, acaba de ser reelecto con más del 70% de los votos y sigue siendo la figura política predominante en una ciudad totalmente desprovista de compromiso político.

Es cierto que su luz comienza a opacarse, es cierto que tiene más problemas que alegrías y que le costará mucho recuperarse de cara a las elecciones de medio tiempo del año entrante, sobre todo si continúa recibiendo mandobles como los que viene recibiendo las últimas semanas, pero la política es dinámica y las rachas cambian, y si los dirigentes locales continúan debajo de la cama Eduardo Vischi seguirá ostentando la suma del poder como hasta hoy.

Quedan 11 meses para las elecciones legislativas, las cosas nos van de mal en peor, pero, ¿aparecerá una construcción política coherente, responsable y -sobre todo- creíble, que logre concitar la confianza de la gente para disputarle poder a Vischi, o nuestro destino será “Laura 2013”?. 


Sábado, 6 de noviembre de 2010

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