Con la intención de mejorar el rendimiento académico de los estudiantes de la Facultad de Odontología de la UNNE, un grupo de docentes de esa institución decidió estudiar los estilos y las estrategias de aprendizaje que aplican los jóvenes.

Descubrió que existe un importante cambio entre los alumnos del primer año y los del último de la carrera, caraterizado por el paso de la memorización a la reflexión.

¿Cómo aprenden los alumnos de odontología? ¿Por qué no aprenden lo que se pretende enseñar? ¿Qué factores influyen en los estilos de aprendizaje? Estas preguntas fueron el disparador del trabajo, según explicó María Olimpia Lockett, a cargo de la investigación junto a las docentes María Cristina Ojeda y Alejandra Gili. Pensaban que la mejor manera de encontrar una respuesta era conocer el modo como estudian, sus estilos y estrategias, razón por la cual comenzaron a trabajar para averiguarlo.


Hasta el momento, la investigación demostró que los alumnos cambian sus métodos de estudio y estilos de aprendizaje de primero a quinto año; comienzan memorizando los contenidos pero en el último año de la carrera el aprendizaje se vuelve reflexivo dándole a lo aprendido un significado para la aplicación práctica.


Algunos de los resultados más sorprendentes muestran que la mayoría de los alumnos de primer año, nunca o casi nunca leen los títulos y que más del 80 por ciento preparan los exámenes pensando en satisfacer al profesor.


En el estudio se emplearon dos instrumentos para la recolección de la información: la Escala ACRA y el Inventario LASSI, a una población inicial de 60 alumnos, 30 de primer año y 30 de quinto año, obteniéndose estos resultados y las primeras conclusiones. Actualmente se ha aplicado a 200 alumnos.


La Escala de Estrategias de Aprendizaje ACRA permitió evidenciar como se realiza el proceso de adquisición, codificación y recuperación de la información y cual es el apoyo al procesamiento de la misma.



Resultados preliminares

Los resultados preliminares muestran en las diferentes variables que el 87 al 93 por ciento de los alumnos de primer año, siempre o casi siempre lee el texto muy superficialmente (por encima); repite en voz alta los datos difíciles de recordar, subraya en apuntes o libros lo más importante, utiliza signos o dibujos personales para repasar y comprueba la comprensión del tema repitiendo punto por punto.


El 73 al 100 por ciento de estos mismos alumnos, nunca o casi nunca lee los títulos, no tiene una visión de conjunto de la lectura ni reflexionan sobre lo leído. El aprendizaje es meramente memorístico.


Del 73 al 80 por ciento siempre o casi siempre utiliza mapas conceptuales subrayando las palabras e intenta diferenciar aspectos importantes y secundarios, acudiendo a sus compañeros y familiares para realizar consultas, no a los docentes.


Del 87 al 93 por ciento, nunca o casi nunca ejercita la aplicación de lo aprendido, no busca completar la información en libros de textos ni hace anotaciones críticas sobre lo que lee y comprueba si las estrategias le resultaron útiles.


Continuando con los alumnos de primer año de Odontología, el 80 a 93 por ciento siempre o casi siempre prepara mentalmente el examen recordando dibujos, mapas, esquemas y subrayados; toma en cuenta las correcciones hechas por sus profesores y utiliza sus propias palabras en la construcción del examen.


El 87 y el 93 por ciento distribuye el tiempo de estudio proporcional a la dificultad de los temas, acondiciona el lugar de estudio para evitar distracciones (ruidos, desorden, falta de luz), estudia para sentirse orgullosos, para tener prestigio con sus familiares; evita o resuelve conflictos con sus compañeros, anima y ayuda a estos y se estimulan a si mismos.


Entre los alumnos de quinto año en cambio, el 64 - 79 por ciento responde que siempre o casi siempre al comenzar a estudiar lee todo (texto completo), subraya palabras o párrafos e intenta resumir mentalmente; se hace preguntas sobre lo estudiado, relee lentamente cuando existe dificultad, reflexiona sobre lo escuchado a los profesores.


El 57 - 64 por ciento, asegura que nunca o casi nunca repite los datos difíciles, emplea lo subrayado para memorizar o anota palabras significativas en los márgenes de libros. El 57 - 64 por ciento señala que nunca o casi nunca utiliza mapas conceptuales ni nemotecnias. No clasifica datos según criterio propio.


Finalmente, entre el 64 y el 71 por ciento, siempre o casi siempre diferencia en un texto los aspectos principales de los secundarios, acude a sus compañeros ante dudas para intercambiar información, relaciona y discute con los mismos sobre los temas estudiados y busca la aplicación de lo que estudian, sobre todo en el campo laboral. También ordenan la información según un criterio lógico, sacan conclusiones, establecen relaciones entre un tema estudiado (conocimientos previos) y el nuevo.



Conclusiones

Según estos datos expuestos, Lockett y los demás docentes que participan del proyecto de investigación, concluyen que existen “diferencias sustanciales en las estrategias de aprendizaje de los alumnos de primero y quinto año. El aprendizaje memorístico es mayor en los alumnos del primer año, en tanto los de quinto año expresan un estilo más reflexivo y crítico desde una perspectiva de recuperación de saberes, razonamiento y aplicación práctica del conocimiento”.


Las ideas de conjunto e integración de conocimiento en los alumnos de quinto dan
cuenta de un aprendizaje significativo que no se aprecia en los de primer año, cuyo aprendizaje es automático y por tanto no razonado.


Terminan comentando que este estudio también se está realizando con otro grupo de docentes aplicando el instrumento o Inventario LASSI, cuyos resultados son similares convalidando lo descrito a través de la Escala ACRA. Adelantan que con la idea de búsqueda de sentido a la información, comenzará la etapa de interpretación de los datos.



Sábado, 7 de junio de 2008