Por la masiva fuga de capitales, la paridad había llegado a 2,48. Cerró a 2,33. Convocan a reunión urgente de ministros de Economía del Mercosur. Empresarios argentinos en estado de alerta. Cómo la crisis carioca cae sobre su socio menor.
El Banco Central brasileño logró ayer frenar la brusca suba del dólar contra el real de los últimos días, que reeditó el temor de los empresarios argentinos a una nueva “invasión” de productos de ese origen. Por primera vez desde 2003, salió a vender al contado parte de sus reservas y consiguió frenar la divisa en 2,33 reales por unidad. Durante el día había llegado a 2,48 y por eso el rebote fue recibido con cauteloso alivio en Buenos Aires. El canciller Jorge Taiana igual convocó a una reunión urgente de ministros de Economía y jefes diplomáticos del Mercosur para intentar que la crisis financiera mundial no fracture al bloque.
Desde el gobierno de Luiz “Lula” da Silva intentaron tranquilizar a sus interlocutores argentinos. “Creo que una paridad razonable sería entre 2 y 2,20 reales por dólar”, dijo ayer el principal asesor de Lula para política exterior, Marco Aurelio García. Argumentó que antes “el real estaba muy apreciado y eso quitaba competitividad a la industria”. Así descartó una suba más pronunciada pero también una eventual vuelta al superreal de 1,55 por dólar de los meses previos al crack de Wall Street.
El Central brasileño fue clave para ponerle un techo a la divisa. Vendió dólares al contado: aunque no informó cuántos, en fuentes oficiales argentinas se especulaba con unos 2.000 millones. Y volvió a intervenir con 1.300 millones más mediante su sistema de ventas con opción de recompra a futuro. Por ese mecanismo viene inyectando entre 1.000 y 1.500 millones por día desde la semana pasada. En total dispone de reservas por 208 mil millones.
Contrariado tras haber dicho el sábado que el tsunami financiero mundial sólo llegaría como una “olita” a las costas de su país, Lula acusó a Estados Unidos de haber transformado la economía en un “casino”. También habló por teléfono con George W. Bush. Según informó la Presidencia brasileña, el mandatario estadounidense le dijo que “en alrededor de dos semanas y media” empezarán a notarse los resultados del salvataje a los bancos.
El temor de los industriales argentinos es que se reedite la situación de 1999, cuando Brasil devaluó bruscamente su moneda y abarató así sus productos en comparación con los locales. Para muchos fue la sentencia de muerte de la convertibilidad, que recién se ejecutó con la caída de De la Rúa.
Ayer, tras las advertencias que lanzó la UIA durante toda la semana, Taiana pidió una reunión “a la brevedad” entre los ministros de Economía y los cancilleres del Mercosur. En Brasil estaban reunidos los secretarios de Comercio Exterior del bloque. El delegado argentino, Alfredo Chiaradía, aclaró allí a sus contrapartes vecinas que si las importaciones de algún producto amenazan a las fábricas argentinas, el Gobierno las frenará apelando al Mecanismo de Adaptación Competitiva (MAC), aprobado dos años atrás y hasta ahora nunca utilizado.
“Es cierto que hasta ahora la MAC no se usó, pero sirvió como disuasivo para que los empresarios se pongan de acuerdo cada vez que hubo diferencias en los últimos meses. Es algo así como la bomba atómica del comercio. No la uso, pero todo el mundo sabe que la tengo y para eso sirve”, explicó Chiaradía a Crítica de la Argentina.
Según el funcionario, el objetivo es que “las acciones de cada socio del Mercosur no perjudiquen a los demás, aun cuando puedan tener que afectar a terceros”. A su juicio, “todos vamos a tener que tomar medidas” ante la crisis que sacude a los mercados del mundo y la caída de los bancos con hipotecas incobrables.
El ministro brasileño de Hacienda, Guido Mantega, también convocó para el sábado a una cumbre del denominado “G-20 financiero”, que integran los países ricos del G-7 junto a otros menos desarrollados. Será en Washington, por fuera de la reunión anual del FMI y el Banco Mundial.
Al margen de que la industria paulista aplauda la suba del dólar, el sector financiero vecino no tiene un segundo de paz. El índice Bovespa cayó un 3,85% y el Banco Central anunció por la noche un nuevo paquete de asistencia a los bancos, el tercero en las últimas dos semanas. Inyectará unos 23.200 millones de reales mediante una rebaja de los encajes y una rebaja de alícuotas impositivas para el sector.
Jueves, 9 de octubre de 2008