Alberto Hugo Emaldi
Fiel a sus convicciones la Presidenta asumió hoy su segundo mandato constitucional con un mensaje que no dejó dudas, ni a propios ni a extraños, acerca de cuáles van a ser los pilares en los que sustentará su nuevo período al frente del Ejecutivo Nacional.
Con un mensaje que hizo hincapié en lo económico Cristina hizo un repaso de los logros de su administración y advirtió sobre la necesidad de "no escupir al cielo" lo que dicho en criollo supone un pedido a todos los sectores acerca de cuidar lo conseguido en estos años ante la inocultable crisis económica y de empleo que viven los países de Europa y que salpica también a los Estados Unidos.
El recuerdo a su esposo, el ex presidente Néstor Kirchner, se vio reflejado también en varios pasajes del mensaje de una hora y diez minutos ante el Parlamento. Desde el propio juramento la figura del ex mandatario estuvo presente en las primeras y emocionadas palabras de la Presidenta.
"Juro por Dios, por la Patria y por él", dijo Cristina antes que su hija Florencia le colocara la banda presidencial en medio de un abrazo interminable entre las dos y ante la emocionada mirada de su hijo Máximo ubicado en el palco oficial.
Al avanzar en su mensaje la jefa del Estado recorrió las decisiones adoptadas en la política sobre los derechos humanos centrados en el eje de la memoria, la verdad y la justicia.
Allí aprovechó para reclamar que "si bien hemos conseguido avances importantes le pido a la Justicia que el próximo presidente que asuma en 2015 no tenga que pronunciar la frase que pronuncie en el mensaje de 2007 y que los juicios estén terminados para dar una vuelta de página a nuestra trágica historia".
En otro orden Cristina aseguró que "hay una nueva Argentina y también hay un nuevo mundo con mayores desafíos" tras lo cual recordó aquella frase de Kirchner al decir "cambio es el nombre futuro".
Firme en sus dichos la Presidenta no dudó en destacar las leyes concretadas en su anterior mandato y en ese marco subrayó la Asignación Universal por Hijo y para embarazadas, la reestatización de las AFJP, la movilidad jubilatoria obligatoria y la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
Ante los legisladores dijo también que "muchos creen que los mejores gobiernos son los que aprueban muchas leyes y yo les digo que aunque sólo hubiéramos aprobado estas leyes ya estaría feliz" y recomendó "a que no se guíen por las letras de molde sino por la mirada de la gente".
En medio de importantes anuncios como el de la creación de una Secretaria de Comercio Exterior y de las órdenes impartidas a sus ministros y secretarios para establecer un trabajo conjunto entre todas las áreas, la Presidenta advirtió sobre las cinco corridas bancarias que su gobierno debió soportar alentadas por grupos de presión a quienes advirtió: "Sepan que no soy la presidenta de las corporaciones, sino la presidenta de los 40 millones de argentinos".
Los reclamos para la pronta sanción de una Ley de Tierras y de una Ley Penal Tributaria también formaron parte del mensaje presidencial de asunción del nuevo período.
Como no podía ser de otra manera, Cristina también hizo mención a la integración regional como la herramienta para "mejorar nuestras defensas ante un mundo que ha cambiado" y reconoció la decisión de las jefas y jefes de Estado de la región porque "el futuro va de la mano de esa integración, codo a codo, como decía (Mario) Benedetti".
Pero si algo quedó claro en los 70 minutos que la Presidenta utilizó para dar su mensaje al país fue la ratificación del modelo iniciado hace ocho años. Su profundización y adecuación a los tiempos del país y del mundo forman parte del nuevo período que hoy se inicia en la Argentina que celebra además la inauguración de un nuevo turno democrático.
Y eso, por peso propio, es suficiente motivo de festejo y de esperanza para una Nación que necesita volver a creer en sí misma para seguir creciendo hacia adentro y hacia el mundo.
Domingo, 11 de diciembre de 2011