Desde mar del plata. La edición 33ª arranca a metros del casino y finalizará el 15 de enero en la Plaza de Armas de Lima, Perú: 465 vehículos, media centena de ellos tripulados por argentinos intentarán cubrir más 8300 kilómetros de duro recorrido.

Es la misma de todos los años. Pero distinta. O más difícil, aseguran los que saben. Otra edición del Rally Dakar, la número 33, está por empezar. Hoy, a partir de las tres de la tarde, las máquinas serán presentadas una a una y largarán simbólicamente desde una rampa ubicada en la plaza Almirante Brown, de Mar del Plata. Y mañana, a las 5:45, apenas iniciado el Año Nuevo, la primera motocicleta hará su partida efectiva, en el inicio de un largo periplo que terminará dos semanas después en Lima.

Además del cambio en la ciudad de salida (habitualmente era Buenos Aires), la llegada a la capital peruana es sin dudas el hecho que distingue a esta carrera de las otras tres que se disputaron en tierra sudamericana. Por primera vez desde que llegó a esta parte del mundo, el Dakar será una carrera de ida, que se irá estirando para no volver, lo que obligará a un esfuerzo doble: el de los pilotos, que día a día irán explorando territorios desconocidos, y el de los equipos de apoyo, que deberán cubrir un itinerario mucho más extenso.

Mar del Plata se convierte así en la 10ª ciudad del mundo que ofrece sus calles para ser largada del Dakar, que originariamente salía de París y se internaba en las intrincadas rutas africanas.

DURÍSIMO. En esta ocasión, las 14 etapas del Dakar 2012 demandarán un recorrido total de 8373 kilómetros, de los cuales 4191 serán de velocidad pura y el resto de enlace (hay pequeñas diferencias según la categoría porque algunas transitan por caminos alternativos). Sólo habrá un día de descanso en la chilena Copiapó. La aridez del ambiente, las temperaturas extremas que oscilan desde los 35 grados durante el día hasta apenas 3 o 4 por la noche y el fesh-fesh (arena ultrafina donde las máquinas tienden a quedarse encajadas a menor error del piloto) serán el común denominador de casi todas las jornadas.

Las primeras cinco etapas se correrán por suelo argentino, con llegadas en Santa Rosa, San Rafael, San Juan, Chilecito y Fiambalá. En la sexta llegará el momento del cruce de la Cordillera de los Andes, a través del Paso de San Francisco, a 4700 metros de altura, uno de los puntos de mayor exigencia para hombres y máquinas. Una vez instalada en territorio chileno, la carrera pasará por Copiapó, Antofagasta, Iquique y Arica, hasta pasar por fin hacia el Perú, donde se disputarán las últimas cuatro etapas de esta edición, con llegadas previstas en Arequipa, Nasca, Pisco y Lima.

En la Plaza de Armas de la capital peruana, el domingo 15 a la tarde, los ganadores levantarán sus trofeos y los que consigan sobrevivir a la travesía tendrán derecho a recibir el merecido aplauso de la gente.

La prueba atravesará lugares que en tan poco tiempo se convirtieron en clásicos, como las dunas de Fiambalá y el desierto de Atacama. Pero la incursión en tierras peruanas promete nuevos desafíos difíciles de anticipar. “Me siento incapaz de predecir dónde se definirá el rally este año. Realmente no hay etapa maestra. Los cambios de ritmo serán permanentes y estarán vinculados a la variedad de terrenos, incluso dentro de cada etapa. Creo que los pilotos más experimentados, aquellos que saben hacer frente a lo impensado, estarán mejor armados que los técnicos puros”, estimó David Castera, el director deportivo del Dakar.

En el aspecto técnico, habrá algunos cambios. Entraron en vigencia restricciones de cilindrada para motocicletas y cuatriciclos, que no podrán superar los 450 y 750 centímetros cúbicos, respectivamente. Y se dispuso abrir, dentro de la categoría autos, una clase especial para los vehículos con motores no modificados, para disminuir los costos de los participantes.

Autos, motos, camiones, cuatriciclos. Arena, dunas y más dunas. Etapas larguísimas y jornadas agotadoras. De Mar del Plata a Lima. El Dakar está de vuelta. Y ya empieza.

Sábado, 31 de diciembre de 2011