Por Daniel Caram
Unos y otros comparten caminos complejos de inoperancia ejecutiva e irresponsabilidad social. Desde ambos sectores buscan – y encuentran – amalgamar posturas absolutamente repudiables que solo enardecen el sentido común, hasta consecuencias que hoy son impensadas. La nula interpretación de la realidad, con pensamientos lejanos al sentido común, generaron un conflicto que hoy se les fue de las manos y donde los primeros y únicos perjudicados son los usuarios.

El Gobierno Provincial, desde su postura rígida de atender tarde o nunca los reclamos genuinos. La DPEC (léase autoridades y empleados) en su posición intransigente de un sindicalismo que quedó en el tiempo, y que reclama y demanda de acuerdo a puntuales exigencias sectoriales.

No se puede pensar, en ese análisis de responsables directos, que los funcionarios correntinos hayan desconocido la realidad de la energía en la Provincia, su déficit, falencias y matufias internas.

Después de años de descontrol, no se puede creer que recién ahora los obreros se encuentren con móviles inadecuados, y sin guantes ni cascos.

Responsabilidades ajenas, injusticias repetidas, desmanejos e historias incontables que unen en la discordia a los supuestos enemigos en el conflicto, pero que al fin y al cabo son causa y efecto de un problema mayor, que perjudica a todos en la misma medida, pero que parece no importarle a unos pocos.

Es, en ese contexto, donde ya nadie cree en nuevas redes, en anillos energéticos, en transformadores, cables y lo que se les plazca. Todo entra en el cóctel incontrolable de justificable bronca social.

Después, en la irracionalidad absoluta, algunos pretenden enrostrarnos la idiota propaganda (por utilizar un término aceptable) que nos habla de ‘la terminamos con los cortes’.

Crece el enojo, y el conflicto se torne imprevisible. Alguien debe hacer algo, sin buscar responsabilidades ajenas.

Tal vez alguna vez dejaremos de ser ciudadanos de segunda. Eso será el día que tengamos funcionarios y dirigentes que no caigan en esa categoría.

Martes, 6 de marzo de 2012