El directorio de YPF, encabezado por el titular de la española Repsol, Antoni Brufau, rechazó ayer la propuesta del gobierno argentino de destinar $ 5789 millones correspondientes a los remanentes de 2010 y 2011 a mejorar el nivel de inversión y resolvió de forma unilateral capitalizar la compañía.


La decisión se tomó después de una reunión de directorio caliente que se extendió por más de cuatro horas y en la que participaron el viceministro de Economía, Axel Kicillof, el secretario de Energía, Daniel Cameron, y el coordinador del Ministerio de Planificación Federal, Roberto Baratta.

Al termino de la reunión, Kicillof afirmó que el encuentro tuvo un “resultado negativo” por una “fuerte controversia” desatada ante la negativa de los accionistas mayoritarios de YPF.

El gobierno reclamó un “claro, taxativo y preciso plan de inversiones para 2012”, subrayó Kicillof en otro tramo de sus declaraciones.

Esta decisión de YPF agudizó las diferencias que existen entre la petrolera hispanoargentina y el Ejecutivo, que pusieron en primer plano el debate sobre la importancia de aumentar el nivel de reservas hidrocarburíferas y reducir el déficit de U$S 9000 que el país tiene en combustibles.

El tema principal de la cita era la convocatoria de la junta de accionistas, que debía pronunciarse sobre el reparto de dividendos de 2011 ante el pedido del gobierno de suspender el pago de dividendos y reinvertir los fondos para aumentar la producción.

El directorio de YPF, por mayoría y con el voto negativo de Roberto Baratta, representante del Estado, resolvió aumentar el capital de la petrolera.

Según indicó YPF a través de un comunicado, esta decisión implica “mantener en la propia compañía” –y en el país– esos beneficios, que suman $ 5789 millones (1321,6 millones de dólares, 999 millones de euros).

“La elevada capitalización que se propone es una muestra rotunda del firme compromiso de los accionistas hacia la sociedad y sus actividades, y es una clara muestra de su alta sensibilidad ante la situación actual, las necesidades de inversión y los compromisos de la compañía”, destacó Brufau en el comunicado.
YPF informó, además, que la previsión de inversiones para 2012 es de U$S 3424,6 millones, que la empresa consideró como un “récord en la historia de la compañía”, que superará además los U$S 3036,5 millones invertidos en 2011.

La firma también destacó que la decisión adoptada ayer “no genera giro de divisas al exterior ni demanda la compra de dólares en el mercado local, y, al incrementar el capital social de la compañía, la vuelve más sólida para afrontar los desafíos de inversión”.

Sin embargo, para el representante del Estado en YPF, Roberto Baratta, la capitalización “no garantiza que esos fondos se destinen a la inversión”, y Kicillof fue más allá al afirmar que “capitalizar la compañía sólo tiene efecto sobre el valor bursátil” en momentos en que los papeles de YPF tienen mucha volatilidad.

Pese al fuerte contrapunto entre el gobierno y la empresa, ayer las acciones de YPF se dispararon en la Bolsa de Buenos Aires tras trepar 9,05%.

Kiciloff acusó a YPF de tomar la explotación petrolera “como un negocio especulativo” en momentos en que se prevé un alza del precio internacional del crudo a causa de conflicto con Irán, uno de los mayores productores mundiales de hidrocarburos.
“Así que lo que se pretendía era remplazar una distribución en efectivo, que era lo que nosotros les pedimos que no hicieran, por una distribución en acciones, lo que tiene también efectos en el valor bursátil de la compañía; hasta podría tratarse de una maniobra especulativa porque genera cambios en el valor de las acciones”, destacó.

Por su parte, el analista Ramiro Castiñeira, de la consultora Econométrica, opinó: “el Estado no puede estar ausente” de las decisiones en un sector estratégico como el de los hidrocarburos y “debe solucionar el cuello de botella que se generó” tras la privatización en 1999 de YPF, “una empresa que no logró aumentar su producción” desde entonces.

El paquete accionario de YPF está controlado en un 57,43% por Repsol y en un 24,46% por el grupo argentino Petersen (24,46 %).

Cameron, en tanto, dijo que el gobierno esperaba que la empresa presente “un plan de obras (...) que terminara en un crecimiento en términos reales de las inversiones que tiene que hacer YPF para poder equilibrar de mejor manera los volúmenes” de producción. El conflicto entre la petrolera YPF y el Estado argentino es un capítulo abierto que continuará escribiéndose en los próximos días porque la empresa intentará aprobar la decisión del directorio en la asamblea accionaria y el gobierno argentino tomará las decisiones que sean necesarias para que la empresa amplíe su plan de inversiones en el país y garantice el autoabastecimiento


Sábado, 24 de marzo de 2012