El primer corazón artificial completo fue creado por científicos franceses y está listo para usarse en seres humanos, según informaron ayer en Francia.
El órgano artificial, que late de forma casi igual a la de un corazón humano, utiliza sensores electrónicos para regular el ritmo cardíaco y el flujo sanguíneo.
La empresa Carmat, que desarrolló el dispositivo, sólo necesita la aprobación de las autoridades francesas para poder llevar a cabo las pruebas clínicas en humanos.
Los expertos afirman que el órgano artificial podría potencialmente salvar miles de vidas de pacientes que esperan un trasplante. En el mundo hay unos 20 mil enfermos esperando un corazón y muchos morirán debido a la escasez de órganos donados.
Los científicos advierten, sin embargo, que todavía es necesario esperar los resultados de las pruebas clínicas. Los intentos para implantar un corazón artificial completo fracasaron durante los ensayos.
30 años no es nada. Pasaron 30 años desde que fue trasplantado por primera vez un corazón en un ser humano. Y desde entonces equipos de científicos en todo el mundo trabajan en el desarrollo de un corazón artificial perfecto, que pueda ser implantado en todos los pacientes en espera de trasplantes.
En la Argentina, en diciembre de 2005 la beba Berenice, de Villa Gobernador Gálvez, recibió un corazón artificial pediátrico extracorpóreo.
El nuevo corazón. El nuevo corazón fue creado por el cardiólogo Alain Carpentier, fundador de Carmat junto con el gigante europeo de aeronáutica y defensa EADS.
El órgano, que tiene el mismo tamaño de un corazón real, es una mezcla de tejido animal, titanio y tecnología de misiles que replica con perfección al órgano humano. El dispositivo está cubierto con un tejido especialmente tratado para evitar el rechazo del sistema inmune y la formación de coágulos. Para el diseño del órgano, que pesa unos 900 gramos, los científicos se basaron en la tecnología de sensores electrónicos que se utiliza en los misiles guiados.
Así, el corazón puede responder instantáneamente a los cambios en la presión y flujo sanguíneo y adaptar el ritmo al que debe latir. Es decir, la velocidad y presión sanguínea dependerán del nivel de esfuerzo del usuario, lo que le permitirá una amplia gama de actividades físicas. Hasta ahora los implantes artificiales sólo son temporales. El profesor Carpentier, que también dirige el Departamento de Cirugía Cardiovascular del Hospital Europeo Georges Pompidou en París, es uno de los principales especialistas del mundo en válvulas artificiales. Y su diseño, afirma, ha logrado superar uno de los principales problemas que han presentado estos órganos artificiales: los coágulos sanguíneos.
Bioprótesis. El nuevo corazón utiliza una bioprótesis de cartílago de cerdo especialmente esterilizada que al replicar con exactitud el flujo sanguíneo de la mayoría de los corazones humanos reduce el riesgo de formación de coágulos.
Pero un problema que los científicos no han logrado solucionar del todo es la fuente de energía para el corazón. El dispositivo funciona con una batería, que es la única parte externa que posee, que va cosida bajo la piel del usuario y se conecta a una fuente externa de energía. Esta dura entre cinco y 16 horas y después es necesario recargarla para evitar que el órgano deje de latir. Ahora estudian otra forma de carga porque los cables son riesgosos para el paciente.
Según el cardiólogo, fue necesario crear el nuevo corazón artificial dada la crónica escasez de donantes de órganos y la creciente lista de pacientes cardíacos alrededor del mundo.
Unos 17 millones de personas mueren por año por enfermedades cardiovasculares. "No pude soportar más seguir viendo a gente joven y activa muriendo a los 40 años a causa de ataques cardíacos masivos", expresó el experto.
Los actuales implantes artificiales sólo se usan como solución temporal durante las operaciones de trasplante o mientras el paciente espera un órgano donado.
Si las autoridades francesas dan luz verde a las pruebas clínicas se espera probar el dispositivo en unos 20 voluntarios en los próximos dos años. Y si los ensayos son exitosos, el órgano podría estar listo para uso universal en unos tres años.
Sin maratón
"Lo único que el paciente no podrá hacer será correr un maratón", advirtió el médico Alain Carpentier.
Miércoles, 29 de octubre de 2008