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Interés General
Revelan por qué del amor al odio hay un solo paso
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Miércoles, 29 de octubre de 2008

Un estudio científico de la Universidad College de Londres estudió la actividad cerebral de personas mientras veían fotos de seres que querían o detestaban, y encontraron asombrosas coincidencias

Controles cerebrales en personas demostraron que las imágenes de los individuos que odiaban revelaban un patrón de actividad cerebral que se producía en parte en áreas también activadas por el amor romántico, aseguraron hoy Semir Zeki y John Paul Romaya, del University College de Londres.

"Este vínculo explicaría por qué el amor y el odio están tan íntimamente relacionados uno con otro en la vida", señalaron los investigadores en la revista PLoS One.

"Nuestros resultados muestran que hay un patrón único de actividad en el cerebro en el contexto del odio", agregaron.

En su estudio, los expertos mostraron a 17 hombres y mujeres fotografías de algunas personas que los voluntarios decían odiar, junto con las de tres rostros familiares y neutrales. Los individuos odiados eran ex parejas o rivales laborales, excepto en un caso en el que se trataba de un político famoso.

Los controles cerebrales identificaron un patrón de actividad en diferentes zonas del cerebro que los investigadores llamaron "circuito del odio", que se activaba cuando las personas veían las fotos de quienes despreciaban.

El denominado "circuito del odio" incluyó estructuras en la corteza y la subcorteza cerebral, y representó un patrón distinto al de emociones como el temor, el miedo y el enojo, manifestó Zeki.

Una parte del cerebro que se activó fue una zona considerada crucial a la hora de predecir las acciones de otras personas, algo que resultaría clave cuando se confronta con alguien odiado, indicaron los expertos.

El hallazgo es que también se produjo actividad cerebral en el putamen y la ínsula, dos áreas que se activaron nuevamente cuando las personas observaron los rostros de una persona amada.

Los científicos relacionaron estas regiones con la acción agresiva y las situaciones angustiantes, explicó Zeki.

Pero hubo, a la vez, diferencias importantes. Una mayor parte de la corteza cerebral, una zona relacionada con el juicio y el razonamiento, se desactiva con el amor, en comparación con el odio.

Aunque ambas emociones son pasiones muy demandantes, sucedería que las personas enamoradas suelen ser menos críticas y juiciosas con sus parejas pero necesitan mantener su atención cuando lidian con un rival odiado, explicaron los autores.

"Es más probable que en el contexto del odio, quien lo siente quiera ejercitar el juicio a la hora de calcular los movimientos para (causar) daño", señaló Zeki en un comunicado.

Fuente: Reuters


Miércoles, 29 de octubre de 2008

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