Familiares informaron acerca del fallecimiento del chico en el hospital Juan Pedro Garrahan, en Buenos Aires. Ya en el año 2011 pereció Nicolás, cuya autopsia determinó incidencia de productos clorados. La causa judicial está trabada con carátula provisoria.

Ayer en horas de la siesta el pequeño José Rivero, de cuatro años, falleció en el hospital de Pediatría José Pedro Garrahan producto de un paro cerebral, según informaron familiares del niño al cierre de esta edición a época.

El menor fue trasladado, días atrás, desde Corrientes hacia Buenos Aires a causa de una encefalopatía hepática.
El caso conmocionó nuevamente a la comunidad de Lavalle, desde donde organizaciones intermedias denunciaron en reiteradas ocasiones la incidencia de las chacras hortícolas ubicadas muy cerca del ejido urbano.

El padre del pequeño, David Rivero, viajó a Buenos Aires para acompañar a su esposa, María Eugenia Sánchez, y el pequeño José, quien se encontraba grave en la sala de Terapia Intensiva del mencionado nosocomio. En principio se barajaba la posibilidad de un trasplante de hígado, cuyo donante sería el jefe de familia, sin embargo quedó trunco tras el terrible deceso.

Todo empezó hace unos 20 días, cuando la familia sintió olores nauseabundos muy cerca de la finca donde residían como cuidadores, al parecer por una serie de fumigaciones en una chacra lindera. Posteriormente cayeron muertas las mascotas, instancia que impulsó a los Rivero a solicitar ayuda al abuelo del pequeño, cuidador de otra quinta de Lavalle. Sin embargo la salud de José se agravó, hasta que el sábado fue trasladado de urgencia, en medio de una crisis de convulsiones.

El doctor Alberto Braverman, del hospital Pediátrico Juan Pablo II, había informado que el niño sufría una encefalopatía hepática, no obstante aseguró que no pudieron establecer si las causales fueron por incidencia de productos agroquímicos.

En 2011, Nicolás Arévalo y su prima Celeste Estevez también recibieron internación por el mismo problema, con el agravante de que el niño perdió la vida antes de ser trasladado a Buenos Aires, en tanto la niña aún permanece con tratamiento.

Los casos están judicializados, y el de Arévalo permanece en el Juzgado de Instrucción Nº2, con carátula provisoria. “Hay pruebas contundentes sobre la intoxicación por influencia de productos a base de endosulfán, pero el juez aún no se expidió a pesar de que ha pasado más de un año”, dijo Julián Segovia, abogado querellante de la familia.

En ese contexto, el intendente del lugar, Hugo Perrota, se refirió a la problemática y dijo no estar ajeno a las coincidencias de los casos. Sin embargo solicitó no alarmar a la población, ya que adujo estar gestionando con organismos provinciales y nacionales los controles a las cerca de 1.800 chacras instaladas.

Mientras tanto, desde la Mesa de Gestión de la Iglesia Perpetuo Socorro, Pueblos Fumigados e Infancia Robada, solicitan relevamientos sanitarios urgentes en la zona.

Fuente: Época.

Jueves, 10 de mayo de 2012