“Camila dejó derechos para todos”. Esas fueron las palabras de Selva Herbón, madre de la pequeña que estaba internada desde que nació en 2009. No podía respirar, ver, ni escuchar.
Camilia Sánchez Herbón murió este jueves en el Centro Gallego de Buenos Aires. Estaba internada allí porque nació muerta en 2009 y fue reanimada, pero nunca pudo respirar por sí misma, hablar, ver, escuchar o ser consciente de su vida.
La familia de la beba defendió el proyecto de ley de la muerte digna, para terminar con el sufrimiento. Se convirtieron, entonces, en uno de los disparadores para que el Congreso, después de varios intentos fallidos, decidiera tratar uno de los temas que más polémica generó.
“Camila pasó por este mundo y dejó derechos para todos”, dijo Selva Herbón, la madre de la niña.
Tras un pedido formal que hizo la familia este lunes pasado, los médicos desconectaron a la niña del botón gástrico que la alimentaba, la vía que la hidrataba y la traqueotomía por la cual recibía oxígeno.
No hubo cobertura mediática porque pidieron que nadie fuera avisado para vivirlo en la más absoluta intimidad.
Según informó el matutino porteño, el papá se quedó en su casa, esperando que la hija mayor de la familia volviera del colegio. La mamá estuvo en el sanatorio pero no entró a la sala.
El domingo al mediodía se hará una misa en el santuario de la iglesia de Uribelarrea y luego cremarán los restos de la nena.
“Camila partió en paz. Camila pasó por este mundo y dejó derechos para todos”, repitió su madre.
Viernes, 8 de junio de 2012