El gobernador Arturo Colombi instruyó al Ministerio de la Producción para que contrate por vía de excepción a la empresa que habrá de encargarse de la demolición del polémico terraplén levantado en la zona del Paraje Yahaveré, en los Esteros del Iberá, considerado un obstáculo para el flujo natural de las aguas que surcan esa reserva natural.
La decisión del primer mandatario se produjo luego de la evaluación jurídica a cargo de la Fiscalía de Estado, que consideró ajustado a derecho el fallo judicial que por pedido de un habitante del paraje afectado ordenó tiempo atrás la eliminación de la muralla, erigida hace algunos años por una firma privada que justificaba su construcción con el argumento de que necesitaba tal elevación del terreno para desplazarse en los campos de la zona.
El fiscal de Estado, Fernando Carbajal, aclaró que "el Poder Ejecutivo en este caso actúa como auxiliar de la Justicia para permitir el cumplimiento cabal de una sentencia firme, ratificada en distintas instancias, pero en el marco de un conflicto en el que ha sido siempre ajeno a las partes en pugna".
"El litigio por la validez o no del terraplén fue siempre planteado entre un poblador del Paraje Yahaveré, que se erigió en representante informal de sus vecinos, y la firma que en su momento se denominaba Forestal Andina, mientras que el Ejecutivo provincial esperaba las definiciones de fondo que finalmente se produjeron haciendo lugar a la parte que demandaba la demolición", explicó Carbajal.
El decreto del gobernador por el cual se dispone la contratación de una empresa idónea para la supresión del terraplén permitirá que en breve, a través de los organismos oficiales correspondientes, se ingrese a la propiedad situada en los esteros para proceder al movimiento de suelo que borrará de la topografía natural el cuestionado muro, factor de discordia entre pobladores, organizaciones ambientalistas y hasta sectores de la Iglesia que recientemente manifestaron en Buenos Aires.
Días atrás, para verificar la situación descripta por los pobladores de Yahaveré, un paraje que según los ambientalistas corre riesgos de inundarse si no se derrumba la muralla, el propio gobernador, acompañado por el ministro de la Producción, Alfredo Aún, sobrevoló el lugar donde se yergue el terraplén y pudo observar en detalle la obstrucción de la masa líquida provocada por el obstáculo de tierra.
El primer mandatario aguardó el pronunciamiento de la Fiscalía de Estado para definir lo que a ojos vista era evidente desde el cielo: la obra levantada por la empresa que adquiriera esos campos no se ajustaba a los parámetros de preservación de las condiciones naturales de los esteros.
Viernes, 14 de noviembre de 2008