Trascendió en las últimas horas que se presentó o se estaría por presentar una nueva denuncia contra el Intendente Eduardo Vischi, sería por abuso de poder y de incumplimiento de los deberes de funcionario público, no se descartaba también iniciar una causa por daños y perjuicios que se llevaría adelante en el Juzgado Civil y Comercial.

El motivo de la misma sería el corte de calle Colón entre Rivadavia y Sitjá Nin que efectuara la municipalidad el pasado día viernes para que un nuevo comercio de venta de indumentaria realizara su inauguración, y que se prolongó en el tiempo, impidiendo la circulación de vehículos por el lugar con el consabido perjuicio para los comerciantes que a partir del momento del cierre de la calle vieron resentidas sus ventas en forma casi total.

Es sabido que existe una Ordenanza que determina que solo el Concejo Deliberante puede autorizar los cortes de calles, pero el Intendente Vischi, como es habitual, es el primero en violar las normas que tiene que hacer cumplir, esta no sería la primera oportunidad en que arbitrariamente y por su sola decisión la comuna corta las arterias del casco céntrico desconociendo la norma en cuestión.

El local comercial, que sin duda alguna contribuye para el embellecimiento de la ciudad y que brinda fuentes de trabajo, es propiedad de un empresario de apellido Scheidler quien además es uno de los mayores proveedores del municipio, es quien le provee, por ejemplo, del cemento con que se construye el último tramo de la costanera y que difiere notablemente con el tramo en que la mezcla era efectuada por personal municipal. Dicho empresario tendría contratos numerosos por el alquiler de camiones a la comuna en forma exclusiva; además de una nueva y estrecha amistad con el alcalde libreño.

La amistad y los negocios abrían sido los motivos por los cuales desde la comuna se mando a cerrar la calle Colón por varias horas, pero Vischi al enterarse de la denuncia a presentarse, y en una actitud que lo marca de cuerpo entero, mando por los medios de comunicación adictos a responsabilizar a los inspectores de tránsito, aduciendo que se habían extralimitado en sus funciones, no asumiendo responsabilidad alguna por el hecho. El hilo se corta por lo más delgado, y seguramente, de prosperar la denuncia del comerciante, serán los inspectores quienes paguen las consecuencias. Nadie puede pensar que un inspector pueda cortar una calle por que le pida un comerciante sin pedir autorización, esta es una muestra mas del atropello y del desprecio por los ciudadanos con que se maneja quien, todavía, pretende gobernarnos por cuatro años más.

Y justamente la razón del comportamiento del Intendente libreño tendría mucho que ver con las primeras palabras con que se inició la oración anterior, amistad y negocios.


Miércoles, 19 de noviembre de 2008