Tras la condena a un hombre que abusó durante años de sus dos hijas, con las que tuvo nueve hijos en la ciudad de Sheffield (norte de Inglaterra), el primer ministro Gordon Brown prometió ayer ante el Parlamento que habrá una investigación integral de lo sucedido.
"Tras este espantoso caso de abuso, se llevarán a cabo los cambios necesarios en el sistema", dijo Brown. "La gente quiere saber cómo es posible que se dé durante tanto tiempo un abuso semejante sin que las autoridades u otras instituciones públicas se enteren y actúen", añadió el jefe del gobierno.
La investigación oficial analizará la actuación de la policía y las autoridades sociales en dos condados en los que el hombre vivió con sus dos hijas y los niños fruto del incesto.
El padre cambió varias veces de domicilio junto con su familia para esconder sus actos.
El hombre, de 56 años y oriundo de Sheffield, fue condenado anteayer a cadena perpetua tras haber dejado embarazadas a sus hijas un total de 19 veces.
Tanto políticos como expertos en seguridad infantil realizaron ayer duras acusaciones contra las autoridades que en el pasado mantuvieron contacto con la familia. Los medios compararon el caso con el del austríaco Josef Fritzl, que secuestró y violó a su hija durante 24 años y tuvo con ella siete hijos, de los que uno murió.
La discusión en la opinión pública británica acerca del papel de los trabajadores sociales lleva ya dos semanas después de conocerse durante un proceso judicial las trágicas circunstancias que condujeron al fallecimiento de un bebé.
Conocido como "Baby P" en los medios, el niño murió en agosto del año pasado tras una serie de maltratos. Durante la autopsia se detectaron más de 50 heridas. Aunque los asistentes sociales hicieron más de 60 visitas a los padres, nadie detectó los malos tratos a que estaba siendo sometido el bebé.
Crimen increíble. El crimen, por lo inconmensurable e increíble, hace pensar de inmediato en la trágica figura del austríaco Fritzl. Tres décadas consecutivas actuó desde la clandestinidad en la ciudad de Sheffield el hombre ahora condenado a perpetuidad, violando a sus dos hijas y embarazándolas en 19 ocasiones. Nueve niños vieron la luz del mundo, de los cuales dos murieron durante el nacimiento.
Las niñas tenían apenas ocho y diez años cuando se inició su martirio en los años 80. Su padre llegó a violar hasta tres veces por semana a sus hijas.
Los investigadores que están llevando el caso creen que cada una de ellas habría sido violada hasta comienzos de este año en total en mil oportunidades. Cuando se negaban, su padre las pegaba, las pateaba o las quemaba con un soplete.
Con el tiempo, la madre abandonó el hogar y las jovencitas quedaron solas con su torturador.
Una de las chicas tuvo que asistir a la violación de su hermana por parte del padre. Ambas llegaron a ofrecerle dinero al hombre para acabar con el martirio.
Ahora se abrió una causa para investigar la conducta de la policía y las autoridades sociales en los dos condados donde este hombre vivió junto a sus dos hijas y los niños.
Después del fallo, las hijas declararon que "la condena a perpetuidad (de su padre) nos da la seguridad de que no podrá castigarnos más. El sufrimiento que nos ocasionó se extenderá durante muchos años".
El peor
"En los 40 años que llevo ocupándome de casos criminales, éste es el peor que me ha tocado", dijo el juez Alan Goldsack durante la lectura del dictamen. "Debemos preguntarnos qué hicieron, dónde estuvieron las autoridades, los asistentes sociales y los médicos durante los años pasados", añadió.
Jueves, 27 de noviembre de 2008