Encabezará, durante seis días, las Jornadas Mundiales de la Juventud en Río de Janeiro, en lo que será su primera misión pastoral al exterior. Cuarenta mil argentinos ya "invadieron" la capital fluminense.
El papa Francisco viajaba esta mañana rumbo a la ciudad brasileña de Río de Janeiro, donde encabezará la Jornada Mundial de la Juventud, en su primera visita apostólica internacional.
El Sumo Pontífice partió poco antes de la 9 hora italiana (4 hora argentina) desde el aeropuerto Ciampino de Roma, donde llegó él mismo portando su propio equipaje de mano, según informó la agencia francesa AFP.
"Llego a Río en unas horas y mi corazón está lleno de gozo porque dentro de poco estaré con ustedes para celebrar la XXVIII JMJ", transmitió a través de su cuenta de la red social Twitter a los jóvenes peregrinos que lo espera en Brasil.
El papa argentino tiene previsto arribar al aeropuerto de Río de Janeiro a las 16 para luego ser homenajeado con una recepción oficial en el Palacio de Guanabara por la presidenta brasileña, Dilma Rousseff.
Miles de argentinos ya arribaron a Río para participar de las Jornada de la Juventud, donde se espera la participación de más de 2 millones de peregrinos.
A nivel regional, y según cifras vaticanas, el 42% de los católicos del mundo, es decir, unos 501 millones de personas, viven en América Latina
El Papa iniciará hoy una visita a Río de Janeiro para encabezar la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) ante unos 2 millones de peregrinos, entre ellos, más de 40 mil argentinos. Fuente eclesiásticas y oficiales descuentan que Francisco aprovechará su estadía en Brasil –estará seis días– para dar directrices a los católicos de todo el mundo. Y, también, a sentar posición, como jefe político de la Iglesia, sobre la pobreza, las injusticias del capitalismo y de la economía de libre mercado.
El primer viaje del Pontífice argentino Jorge Bergoglio atrajo a la capital fluminense a fieles de todos los rincones del planeta y generó gran expectativa en la Iglesia brasileña, que, al igual que acontece en otros países de Latinoamérica, enfrenta un fuerte éxodo de fieles atraídos principalmente por los credos neopentecostales. De hecho, un sondeo del brasileño Instituto Datafolha divulgado ayer afirma que la proporción de ciudadanos de la nación vecina que se define como católica es tan sólo un 57 por ciento. A nivel regional, y según cifras vaticanas, el 42% de los católicos del mundo, es decir, unos 501 millones de personas, viven en América Latina.
La visita papal, que cubrirán miles de periodistas de todo el mundo, se da en un momento tenso para Brasil y, en especial para Río de Janeiro, donde, desde junio último, se viene produciendo una ola de protestas –las primeras de ellas multitudinarias– contra la corrupción, la violencia institucional y en favor de mejoras en los servicios de salud, educación y transporte.
Ante ese escenario, la administración de Dilma Rousseff movilizará unos 14 mil efectivos, de los cuales más de 10 mil son militares, apoyados por helicópteros, vehículos blindados, buques de patrullaje y un sistema antiaéreo para proteger al Papa y procurar que los manifestantes no alteren la JMJ, que se extenderá el martes y el domingo de esta semana.
Jorge Bergoglio parece no compartir esas preocupaciones: no usará el "papamóvil" con vidrios blindados y, para dolor de cabeza de las autoridados eclesiásticas y las fuerzas de seguridad, cambió el programa de su primer día de visita: antes de reunirse con Rousseff recorrerá, en un vehículo abierto, la histórica zona céntrica de la ciudad.
Lunes, 22 de julio de 2013