El hombre hallado sin vida había sufrido un fuerte golpe en la cabeza y tenía cortes en sus antebrazos. Por el caso se detuvo a dos jóvenes que lo habrían atacado para sacarle un cinto y un sombrero. En un allanamiento se encontraron ambos elementos.
El caso que comenzó con el hallazgo de un cuerpo NN en estado de putrefacción y que resultó ser de un peón rural, ayer quedó esclarecido tras la autopsia y la eficiente labor de la comisaría de La Cruz. La pesquisa permitió establecer que había sido asesinado a golpes y puñaladas durante un robo y por el hecho hay dos jóvenes detenidos. Además se logró recuperar los elementos sustraídos al occiso.
Todo comenzó el lunes, cerca de las 20:30, cuando lugareños encontraron un cadáver dentro un zanjón ubicado a unos 15 metros de la cinta asfáltica de la Ruta Nacional 14, a la altura del kilómetro 584, en inmediaciones del comedor “Ya Sale” y a muy pocos metros del acceso a la localidad distante a unos 425 kilómetros de la capital provincial.
Dentro de la zanja estaba un cuerpo sin vida de un hombre de unos 50 años, en avanzado estado de descomposición. En ese momento vestía un pantalón tipo bombacha de campo de color celeste, una camisa blanca y alpargatas azules.
En ese momento, los investigadores no observaron otro elemento más que el cadáver, que hiciera presumir algún tipo de acto violento o que el deceso fue provocado.
Como el occiso no poseía algún tipo de identificación que permitiera identificarlo, la Policía inició diversas pesquisas que culminaron en la mañana del martes cuando familiares de Juan de la Cruz Díaz se presentaron en la comisaría local para denunciar su desaparición.
Allí especificaron que tenía 54 años y que hacía varios días que no se presentaba a trabajar en un establecimiento rural cercano a la localidad. Tras el reconocimiento en la morgue judicial del Hospital “San José” de Paso de los Libres, lo identificaron.
En la tarde del mismo día se le practicó la autopsia médico legal, cuyo resultado dio un vuelco inesperado en la investigación. El examen estableció que el deceso de Díaz había sido traumático y no circunstancial o natural.
Los profesionales determinaron que presentaba dos lesiones punzocortantes en el antebrazo izquierdo y una similar en el otro antebrazo, pero a la altura del codo.
Por si esto fuera poco, además tenía un fuerte traumatismo en la región tempo-parietal izquierda de la cabeza.
Investigación positiva
Con este cambio de carátula de “muerte dudosa” a “homicidio”, los efectivos de la comisaría local comenzaron con las averiguaciones que les permitió establecer que la víctima había percibido sus haberes en la tarde del viernes 5.
Con dinero en el bolsillo, Díaz acudió en horas de la noche del sábado a la finca de un hombre, ubicada en inmediaciones al citado comedor. Allí se estaba celebrando el día de la Inmaculada Concepción de María.
Además de la vestimenta descripta al momento del hallazgo de su cuerpo, también llevaba puesto un sombrero de paño negro con cinta roja, una faja roja y un cinto de campo ancho de cuero de carpincho, con bolsillos “guayacas” y hebillas plateadas.
Los datos obtenidos por la Policía daban cuenta que el peón rural se retiró de ese lugar a las 4 de la madrugada del domingo, en aparente estado de ebriedad.
Pero desde atrás fue seguido por dos jóvenes, quienes en inmediaciones del kilómetro 584 lo atacaron con golpes y puntazos con un arma blanca, para robarle el sombrero y el cinto.
Una vez que consiguieron su objetivo, el par de atacantes huyó dejando tirada a su víctima muy malherida. Lamentablemente las lesiones le costarían la vida.
En virtud de ello, y con los testimonios que los incriminaban, en la siesta de ayer se procedió a la aprehensión de Pedro Javier Retamar, alias “Pirulín” (26) y de Roberto Carlos Grismado, apodado “Toto”, de 20 años, por su presunta participación en el homicidio del peón rural.
Horas más tarde, una comisión de pesquisas volvió al lugar del hallazgo del cadáver, donde lograron encontrar un cuchillo “Tramontina”, con cabo de plástico blanco y de tamaño pequeño, arma presumiblemente utilizada para concretar el crimen.
Por la tarde, los uniformados allanaron la casa del padre de “Toto” Grismado, ubicada en el casco céntrico de La Cruz, donde se logró secuestrar el sombrero y el cinto que habían sido sustraídos a Díaz.
De esta manera, y tras una rápida acción, la Policía local logró esclarecer el asesinato del peón rural.
Jueves, 11 de diciembre de 2008