Este martes se cumplen cuatro años del trágico incendio del boliche de Once y en medio del juicio oral y público, sobrevivientes y familiares de las víctimas revivirán el dolor tras haber perdido a 194 personas en el siniestro, en su mayoría jóvenes.
El cuarto aniversario de la mayor tragedia de nuestro país -ocurrida el 30 de diciembre de 2004- se produce en un momento clave, pues se está llevando el juicio contra quince imputados, y los familiares reclamarán "Justicia" de cara a la sentencia que se dará a conocer el año próximo.
Los familiares de las víctimas nunca cesaron en el pedido de penas para quienes ellos consideran los principales culpables por el hecho (Omar Chabán, ex gerenciador de Cromañón, y los integrantes del grupo "Callejeros", entre otros) aunque sí se notó un cambio de actitud en la metodología de reclamo.
En los primeros meses luego del hecho realizaron varias movilizaciones, y ante cada decisión judicial con la cual no concordaban escrachaban a los jueces.
Por esa razón se había iniciado una causa contra tres padres por presuntas amenazas a la magistrada Angélica Crotto, una de las que instruyó el expediente.
Pero una vez iniciado el juicio el 19 de agosto pasado, la actitud de los padres cambió drásticamente, aunque sí hicieron sentir su presencia durante las tres jornadas semanales que se vienen desarrollando.
Salvo aislados insultos proferidos por algún padre contra Chabán al prestar declaración, en su mayoría no generaron incidente alguno, e incluso acataron el pedido del Tribunal Oral Criminal Nº 24 (TOC24) para que no se les "enrostre" a los imputados las fotos de las víctimas.
Al mismo tiempo, los padres se muestran organizados: unos se encargan de repartir las credenciales para aquellos que quieren presenciar el juicio, otros toman nota de todo lo que pasa en las audiencias, algunos hacen de voceros ante los distintos medios, y lo que sobresale es que entre ellos se prestan consuelo cuando alguno se "quiebra".
De lo más impactante y conmovedor que se expuso hasta el momento en el juicio, fueron algunos de los más de 120 testimonios de los sobrevivientes de Cromañón.
Los sobrevivientes, en su mayoría jóvenes que no superan los 30 años, coincidieron en la sobreabundancia de gente que había en Cromañón la jornada del siniestro, y en la gran cantidad de pirotecnia que se tiró en el interior.
Sin embargo, todos acordaron con que las bengalas y otro tipo de artefactos eran una costumbre en los distintos recitales no sólo de "Callejeros" sino también de otros grupos de rock.
Los sobrevivientes impactaron con su recuerdo de cómo pudieron escapar del lugar y también como muchos de ellos perdieron a allegados, y uno de los más recordados fue el de Myriam, de 44
años, quien bajo una fuerte conmoción recordó los minutos previos a que su marido y uno de sus hijos de 14 quedaran atrapados en el interior del local de Once.
Cada sobreviviente que declaró hasta el momento fue bien asistido por el TOC24, donde previo a sentarse en el banquillo, les explicaban la operativa y las reglas de la declaración.
Incluso, la Oficina de Asistencia a la Víctima del Ministerio Público viene trabajando psicológicamente con los jóvenes desde hace muchos meses preparándolos para que puedan testificar en el juicio.
Lunes, 29 de diciembre de 2008