Con los fuegos artificiales ilumninando los primeros minutos del Año Nuevo en Nueva Zelanda y Australia, los festejos comienzan en la noche que da inicio a un período lleno de buenos deseos. En video, los estallidos neocelandeses y australianos.
En Australia y Nueva Zelanda, países con los que Argentina tiene la mayor diferencia horaria, comenzaron los festejos para recibir el año que comienza.
La tradición se repite en los distintos puntos del globo, donde las comunidades celebran en un momento lleno de alegría ante una etapa que comienza.
El ambiente festivo envuelve un ambiente de expectativas y esperanzas para el 2009, que no se debaten si se trata del número de año correcto.
Según el calendario gregoriano, este jueves 1 de enero comienza el año 2009; pero como aquel fue estructurado sobre un error de cálculo cometido por el monje Dionisio el Exiguo, la fecha sería muy otra, quizás el 2016.
En los tiempos de Dionisio, los años todavía se contaban desde la asunción al trono del emperador de turno, que para el caso era Diocleciano, quien había perseguido con particular saña a los cristianos.
Dionisio debía establecer la fecha de nacimiento de Jesús y se negó a hacerlo en términos dioclesianos, de modo que aprovechó el nuevo calendario para terminar con esa costumbre y comenzar a hablar en términos de Era Cristiana.
Tras establecer que el Niño Dios había nacido el 25 de diciembre del año 753 ab urbe condita (AUC) decidió que el año uno de la Era Cristiana coincidiera con el 754 AUC, sin percatarse que el rey Herodes llevaba ya cuatro años de muerto.
Las Escrituras decían que Herodes había ordenado la matanza de inocentes en el año del censo, buscando asegurarse que el Mesías muriera degollado y no pudiera quitarle el trono, como prometían las profecías.
Surgió entonces un problema: ¿cómo pudo Herodes mandar a degollar al Mesías, si él mismo llevaba cuatro años en la tumba?
El recálculo denunció este error y otros más, como el extraordinario salto del año 1 antes de Cristo al 1 después de Cristo, sin cero de por medio, pero la Iglesia disimuló los errores del pobre Dionisio y el calendario gregoriano siguió tal cual.
En el siglo XVI, el astrónomo Johann Kepler estableció que la famosa estrella de Belén, que según las Escrituras anunció el nacimiento de Jesús, fue en realidad una triple conjunción de Marte, Júpiter y Saturno en el signo de Piscis, que tuvo lugar en septiembre del año 7 antes de Cristo.
Esto llevó a proponer otra Navidad y por tanto, otra fecha para el comienzo de la Era Cristiana.
Basados en aquellos cálculos de Kepler, otros astrónomos establecieron recientemente como probable fecha del nacimiento de Jesús el 14 de septiembre del año 7 antes de la Era Cristiana, y no el 25 de diciembre del año 1.
Lo dicho significa que la Era Cristiana tiene siete años más de lo que se creía y que por lo tanto, el próximo 1 de enero no habría que brindar por el 2009, sino por el Año Nuevo 2016.
Miércoles, 31 de diciembre de 2008