El presidente boliviano, Evo Morales, inició ante una multitudinaria concentración en Cochabamba su campaña para ser ratificado en el referendo de revocación convocado para el próximo 10 de agosto.
En su discurso, el mandatario pidió al pueblo boliviano el apoyo para su gestión y para consolidar "el proceso de cambio", al tiempo que acusó a sus opositores de "vende patrias" y de intentar recuperar sus "privilegios".
Morales, el vicepresidente, Álvaro García, y los nueve prefectos (gobernadores) se someterán el 10 de agosto a una consulta para que los bolivianos decidan la continuidad o la revocación de sus mandatos.
El mandatario indígena repasó algunos de los logros de sus casi dos años y medio de Gobierno y se mostró satisfecho especialmente de los "cambios estructurales" acometidos con la nacionalización de los hidrocarburos y las políticas sociales.
Recordó que fue él quien planteó el referendo para "que el pueblo diga quién sirve mejor al pueblo o quién no sirve".
El jefe de Estado recordó que su gestión ha estado plagada de "maniobras" y "guerras sucias" contra su mandato promovidas por sus opositores y los grupos que "no quieren soltar la mamadera" y que intentan "recuperar sus privilegios".
Insistió en que sus opositores continuarán con esa "guerra sucia" y promoverán un "boicot económico" durante la campaña para la consulta popular de revocación.
En el referendo del 10 de agosto se preguntará a los bolivianos si están de acuerdo con "la continuidad del proceso de cambio" encabezado por Morales y su vicepresidente, así como con la permanencia o no de los gobernadores regionales.
La ley de este referendo establece que para revocar los mandatos hace falta que el "no" supere tanto el porcentaje de apoyo obtenido en los comicios del 2005, en los que fueron elegidos Morales, el vicepresidente y los prefectos, como el número absoluto de votos.
En el caso de Morales y García Linera tendrían que dejar los cargos si el "no" es superior al 53,7 por ciento de apoyo que consiguieron en el 2005 y a los 1.544.374 votos que cosecharon.
Si los bolivianos deciden revocar al presidente y al vicepresidente, Morales debe convocar elecciones generales en un plazo de tres a seis meses.
"El pueblo dirá si sigue el cambio o vuelve el modelo neoliberal, el pueblo identificará a sus enemigos", remarcó Morales al recordar que es la primera vez en la historia boliviana que "a media gestión se somete a examen a sus gobernantes".
Morales celebró el acto de inicio de su campaña en la víspera del referendo autonómico del departamento de Tarija, que mañana cerrará el ciclo de consultas emprendido por cuatro regiones gobernadas por opositores para aprobar estatutos de autogobierno que el Ejecutivo considera "ilegales" y "separatistas".
Sábado, 21 de junio de 2008