Bs. As. (27-11-14): El Millonario, que nunca había podido derrotar al Xeneize en los anteriores once compromisos continentales, se impuso 1-0 con gol de Pisculichi. Eliminó al clásico rival y buscará el título la semana próxima ante Atlético Nacional de Colombia.
River se dio el gran gusto. Empezó sufriendo por la pronta posibilidad de comenzar debajo en el marcador, sin embargo se repuso con una gran acción colectiva que terminó en el único gol de la noche para ponerle punto final a esa racha negativa de once superclásicos coperos sin conocer el sabor de la victoria. Esta noche el Millonario eliminó a Boca de la Sudamericana y el próximo miércoles buscará el trofeo en el primero de los duelos ante Atlético Nacional de Medellín.
La serie podía empezar a definirse a los 20 segundos del partido a favor del Xeneize, cuando tras la acción inicial Ariel Rojas sin querer pateó a Meli dentro del área, infracción bien cobrada por Delfino: penal atajado por Barovero a Gigliotti. El que volvió a sacudir la modorra fue el elenco del Arruabarrena a través de una acción de Carrizo, que encaró de izquierda al centro y probó de media distancia, permitiendo el lucimiento de Barovero en dos oportunidades, ante el primer tiro y también en el rebote, a definición de Puma Gigliotti.
En el juego de los merecimientos era más el cuadro de la Ribera, sin embargo quien abrió las acciones fue el Millonario. Un foul no cobrado en tres cuartos de cancha le dio inicio al ataque riverplatense que terminó con un buscapié -de casualidad- en el pie izquierdo de Pisculichi, quien definió con maestría al rincón más alejado del arco, con una precisión clínica, para al menos por el momento, meter a River en la la última parada de la Sudamericana.
A la media hora de juego pudo haberlo empatado la visita, cuando a la salida de un tiro libre de Colazo, el rebote le quedó al nueve de Boca que definió al gol, pero el árbitro anuló por un offside inexistente. Después lo tuvo nuevamente River, con un cabezazo de Teo a las manos de Orión. Fue la única oportunidad de ampliar la ventaja antes del cierre de la primera mitad. Aunque minutos más tarde lo tuvo otra vez Boca. Otra vez Gigliotti, y otra vez no fue gol: el ex Colón sacó provecho de un mal despeje de Funes Mori, dándole la posibilidad de igualar la chapa si su frentazo hubiera inflado la red.
El complemento comenzó tan intenso como finalizó la etapa inicial, con los de la Ribera parados algunos metros más adelante dispuestos a encontrar la igualdad cuanto antes, aunque no por ello se desesperaron: sabían que convirtiendo apenas un tanto pasarían. No apareció el fútbol, solo se hicieron presentes las patadas; en gran medida porque Germán Delfino priorizó dejar jugar en lugar de expulsar a algún futbolista para frenar los ánimos.
De ese cruce de piernas el vencedor fue el anfitrión, pecando de vertical. Cuando el partido le exigía frenar la pelota para calmar los ánimos, se prestó al palo por palo siendo esta tal vez la manera que menos le convenía para disputarlo. Permitió que la semifinal se definiera por coraje, y el Vasco Arruabarrena entendiendo el mensaje decidió mandar a la cancha a Chávez por Fuenzalida (había ingresado a los 42 del primer tiempo). En ese golpe por golpe las más claras los tuvieron los de la banda. Teo Gutiérrez y Carlos Sánchez principalmente, aunque del otro lado Boca también generó una serie de aproximaciones que no terminaron en el empate por el nerviosismo de sus delanteros. Pese a que no le salió ni el tiro del final para asegurar la clasificación, River aguantó con entereza los últimos embates de un desprolijo Xeneize, que buscó con pena la igualdad que le permitiera eliminar a su clásico rival.
Viernes, 28 de noviembre de 2014