Corrientes (7-12-14): La justicia federal logró dar con los sospechosos a través de la confección de un mapa de cruces de llamadas. La palabra de los acusados. Intervenciones telefónicas, seguimiento de activaciones de antenas de telefonía y de equipos de celulares fueron parte de la tarea que tras cinco meses de investigación pormenorizada en el gran entramado de interconexiones, permitió a la Fiscalía Federal de Corrientes comprobar la identidad de los secuestradores y el rol que ocupó cada uno durante el cautiverio de la niña de dos años, nieta de un poderoso empresario del juego, tras ser retirada del jardín maternal privado Luna Gorda.

En los primeros pasos de la investigación, la lupa de los pesquisas se ubicó en el tiempo alrededor de un mes antes del rapto extorsivo. Fue por la presencia en el mapa de las interconexiones de un celular Motorola Rocker E2 que se activó a las 10.44 del 4 de junio de 2014 con un chip de la empresa Claro con el número 379 5048572. Se trata ni más ni menos de la línea que utilizó la persona que se hizo pasar por el padre de la nena para comunicarse con el jardín maternal y luego -con el mismo número- realizó el llamado extorsivo a la madre de la niña raptada.

Los pesquisas prestaron especial atención en el IMEI de este celular (Identidad Internacional de Equipo Móvil), que es un código pregrabado en los teléfonos móviles, que identifica al aparato unívocamente a nivel mundial, lo que le permite a la operadora (empresa) no sólo conocer quién y desde dónde hace la llamada (SIM) sino también desde qué terminal telefónica la hizo. Los investigadores (que ya para entonces tenían identificados las líneas de celulares de los imputados Fabricio Solari y Liz Martínez y ubicados, según el mapeo, en la escena del secuestro -ver infografía-, lograron dar con quien figuraba como titular del equipo Motorola. Según el expediente Nº 3.144/14 de la causa Luna Gorda, esta persona identificada como R.A.V., declaró ante el fiscal federal Flavio Ferrini, quien encabezó al investigación.
Recibí un mensaje por whatsapp al grupo que tengo de amigos, por parte de Fabricio Solari. Él preguntó si alguien tenía un celular para prestarle. Yo le dije que sí, que le podía prestar uno de la marca y modelo Motorola Rocker E2. Él dijo que en realidad quería el celular porque era guainero. Fabricio fue a mi casa y se lo entregué personalmente. Desconozco si Fabricio tenía algún chip para poner en el celular. Pero yo le entregué el cargador y sin chip. No sé qué equipo de celular tiene Fabricio pero sí sé que su línea es 379 4655002.

A partir de este testimonio, el camino de los investigadores comenzó a despejarse. De un informe de la Dirección de Delitos Complejos se desprende que Solari entabló una comunicación telefónica con su amigo R.A.V. y que le preguntó sobre el celular Motorola que estaba siendo buscado por la Policía. Solari le dijo: Decí que perdiste el teléfono que no lo tenés más... decí que lo perdiste hace un año cuando trabajabas como remisero. Uno de los investigadores fue testigo de esa comunicación: el diálogo fue escuchado por el alta voz del celular.

Tras una serie de allanamientos en busca de los objetos personales de la niña, de los aparatos celulares registrados en el mapeo de interconexiones, detuvieron a Fabricio Gastón Solari y a Liz Dorothy Martínez, sindicada como la mujer que se hizo pasar por María y que retiró a la niña del Luna Gorda. Según el informe de Claro, empresa a la cual pertenece el teléfono extorsivo, que fue incorporado al programa de Vínculos por Análisis Informáticos de las Comunicaciones (Vaic) remitido y confeccionado por la Policía bonaerense, ocurrió lo siguiente: el 4 de junio de 2014, a las 10.44, el abonado 379 5048572 efectuó una comunicación al abonado 3794 ***936, perteneciente al Jardín Luna Gorda, de la calle Pellegrini 655.

Indagatoria a Fabricio Solari

Declaración de la imputada Liz Martínez ante la Fiscalía federal
Según el procesamiento, al que tuvo acceso NORTE de Corrientes, el imputa­do Fabricio Solari prestó declaración en sede judicial. En ese acto de declaración indagatoria el acusado expresó: “Tuve una relación amorosa con Liz Martínez a espaldas de mi pareja. Me llamaba a mi teléfono 3794 655002. Ella sabía que yo lo llevaba a mi hijo al Luna Gorda, y que los padres de las menores eran gente con plata y me sugirió hacer algo. Me dijo que si no la ayudaba, le iba a contar a mi mu­jer de nuestra relación. El día del hecho, el 4 de junio, la busqué a Liz y después la bajé del auto cerca de la (escuela) Miseri­cordia y me fui”.

A ello, el imputado agregó: “Cuando sal­tó lo de la nenita me imaginé que fue Liz y la empecé a llamar al 3794 993900 y no me atendía. Me fui a la casa y la encontré a su mamá y a ella llorando. Yo le decía que se tranquilizara, que el hermano de Liz le dijo para formatear el celular. Rompió su chip y el mío. Ella le contó a su mamá que había participado (del secuestro) y que la buscó a la nena”.

Liz Martínez luego de la indagatoria a Solari y Godoy, resolvió romper el silencio: “Uno de los amigos de mi hermano Favio, Fabricio So­lari, me ofreció un trabajo para hacer para su suegra que al final no se dio. Fabri­cio tenía tres teléfonos celu­lares, entre ellos un Blackbe­rry. Un día antes del hecho, me busca y nos vamos a su departamento de la calle San Luis (barrio Camba Cuá) y tomamos una Coca. Me dijo para hacer un trabajo para su hermana que era llevar y traer a su hija del jardín, y me iban a pagar 100 pesos por día. Ahí me dijo que es­taba enamorado de mí y tu­vimos relaciones. Después me llevó a mi casa.

El día 4 de junio Fabricio me man­dó un mensaje a las 8 más o menos, desde su número 379 4655002. A las 10 me buscó por mi casa. Me dejó en Buenos Aires y 9 de Ju­lio. Me dijo que busque a su sobrina en remís y me dice que se llama J.G. y me dio 100 pesos. Me dijo que me esperaba en Jujuy y Quinta­na. La busco a J.G. y me subí de vuelta al mismo remís y me fui a Jujuy y Quintana. La nenita se durmió en mis brazos. Llegué al lugar y me buscó Fabricio en su auto y subo atrás con la nena

Él me dejó a mí en mi casa. Me pagó 100 pesos y él se fue con la nena. Le comenté a mamá que me parecía rara la actitud de Fabricio y algo no me cerraba. Fabricio ese día me llamó varias veces para preguntarme cómo estaba. A las 15.30 me fui a la casa de mi novio y después reci­bí un mensaje de mi mamá que me dijo: ‘vení urgen­te’.

Cuando llegué me dice mamá: ‘Fabricio secuestró a la nena’. No sabíamos qué hacer y mamá llamó a mi hermano Ariel y le dijo que busque un abogado y vaya a la comisaría a denunciar. En eso llegó Fabricio a mi casa y dijo: ‘no vayan, que la nena ya va aparecer’. Luego me amenazó con mi hija si voy a la comisaría. Ese día rompí mi teléfono para que no me encuentre. Sólo mi mama y mi hermano sabían de esto. Durante varios meses, Fabri­cio me atormentó y me de­cía: ‘no te olvides’. La línea de Personal 3794 993900 siempre la usé yo y el chip lo compré en un kiosco”. s

Godoy, el tercer sospechoso

Raúl Antonio Godoy -hoy con falta de mérito- fue la tercera y última persona que fue detenida por el caso. En su descar­gó declaró: “A Fabricio Solari lo conozco desde hace un año cuando trabajaba en una cancha de fútbol 5. El día del hecho (04/06/14) recibí una llamada de una per­sona que se identificó como Fabricio Sola­ri y me dijo para trabajar de niñero. Le dije que sí y lo fui a esperar al tanque de las Mil Viviendas. Me pasó a buscar en un Peu­geot de color gris y nos fuimos a una casa de Fabricio en el barrio Nuevo Pirayuí. Bajó él con la nena y yo con unas cosas. Com­pramos pañales y leche. La casa tenía dos cuartos, un jardín y una pileta de cemento. Entre las 12 y 15 horas me quedé cuidando a la bebé. Tipo 16.20 llegó Fabricio en su Peugeot. Nos fuimos hasta el barrio San Gerónimo y Fabricio baja a un lugar con la nena y unas cosas de ella para entregarle a la supuesta madre y vuelve sin la bebé. Al día siguiente me pagó 100 pesos en la ter­minal, y me dijo que no cuente a nadie de esto porque vamos a caer. Fabricio usaba un celular Blackberry”.

Domingo, 7 de diciembre de 2014