El primer ministro israelí, Ehud Olmert, aseguró a los líderes europeos que viajaron a Oriente Medio para impulsar una tregua duradera en Gaza que las tropas de su país "no tienen intención de quedarse" en la franja palestina.
El movimiento islamista Hamás respondió este domingo con un alto el fuego de una semana al anuncio unilateral ayer del cese de hostilidades por parte de Israel, que comenzó esta tarde a replegar sus tropas de la franja palestina.
Tras más de tres semanas de encierro, los residentes de Gaza pudieron salir a la calle para empezar a hacer recuento de daños sufridos y recuperar cadáveres bajo los escombros, mientras las fuerzas israelíes iniciaban su retirada de la capital de la franja.
A las dos de la madrugada hora local (12.00 GMT) entró en vigor el alto el fuego anunciado anoche por Israel, que en un principio fue contestado por las milicias palestinas con la advertencia de que no cesarían sus ataques hasta que se abriesen los puestos fronterizos y las tropas ocupantes abandonasen Gaza.
Pero esta mañana Hamás y el resto de grupos armados anunciaban también un alto el fuego de una semana, plazo que dan al Estado judío para que retire sus tropas y negocie con Egipto las condiciones de una tregua estable.
Horas después, docenas de tanques y blindados israelíes abandonaron el antiguo asentamiento judío de Nitzarim, en el sur de ciudad de Gaza, en el que permanecían desde el pasado 4 de enero.
Las tropas israelíes también se retiraron de sus posiciones en la carretera de Salahedin, que mantenían cortada aislando la capital y el norte de Gaza del sur y centro de la franja, que hoy volvieron a estar comunicadas.
Las calles de la ciudad de Gaza amanecieron con más tráfico que en las últimas semanas, en las que muchos sólo habían salido de sus casas por emergencias, para buscar comida, ir a los hospitales o trasladarse a un lugar más seguro.
Los anuncios de alto el fuego por ambas partes no han detenido, no obstante, por completo las hostilidades y esta tarde se ha registrado el lanzamiento de varios cohetes contra territorio israelí, algunos de los cuales impactaron en el este del Negev y en la localidad de Netivot, sin causar víctimas.
Un agricultor palestino perdió la vida esta mañana en el sureste de Gaza de un disparo de tropas israelíes cuando acudía a sus tierras para ver cómo habían quedado.
Pese estos incidentes, los equipos de emergencia pudieron salir para asistir a los heridos e iniciar las tareas de desescombro, que dejaron al descubierto cerca de un centenar de cadáveres.
Decenas de heridos también pudieron ser atendidos tras días sepultados bajo las ruinas de los edificios destruidos por los ataques de la aviación israelí.
"Todavía hay mucha gente aislada y estamos intentando organizarnos con la parte israelí para que permitan al personal de las ambulancias entrar en zonas más avanzadas", dijo a Efe Moaweya Hasanein, jefe de los servicios de emergencia en Gaza.
Según sus datos, los muertos en la ofensiva superan los 1.300, de los que 417 son niños, 108 mujeres, 120 ancianos, 14 personal sanitario y 4 periodistas.
Los heridos superan los 5.450, dos terceras partes de los cuales son civiles, indicó Hasanein.
Los familiares de Azza Al Samouni, una niña de seis años, hallaron hoy su cuerpo sin vida entre las ruinas de su casa, en el barrio de Al Zaitun, en el sureste de Gaza capital.
Su familia ha perdido a 35 de sus miembros cuando fuerzas israelíes les obligaron a salir de sus viviendas el 5 de enero y huyeron a un almacén que luego fue bombardeado.
La destrucción en Al Zaitun es enorme, con decenas de casas derruidas y otras arrasadas por el fuego de las bombas de fósforo. La mayoría de las tiendas de Gaza capital estaban abiertas, aunque no para vender sino para reparar los destrozos provocados por miles de bombardeos.
"No podemos encontrar cristal en los mercados y tampoco hay otros materiales para arreglar los escaparates", explica Ahmed Abu Sharia, propietario de una tienda de cambio de dinero.
"Lo mínimo que ha sufrido todo el mundo es la rotura de todas sus ventanas", dice Ateya Ghaben, que por primera vez en semanas volvió a su casa, en el centro de la ciudad, para inspeccionar los daños.
Mariam Al Sultan, madre de cinco hijos, regresaba destrozada de visitar su vivienda y sollozaba: "Lo he encontrado todo destruido, ahora vamos a tener que pasar más tiempo miserable en la escuela de la ONU que nos ha acogido".
Mientras la población trata de ponerse en pié, atender a sus heridos y rescatar los pocos bienes que han sobrevivido, Hamás trata de hacer pasar el alto el fuego de Israel como un triunfo.
El movimiento islamista han llenado la franja de octavillas que fueron leídas a través de los aparatos de megafonía de las mezquitas y en las que asegura que el cese de las hostilidades por parte de Israel es una "gran victoria".
PROMESA ISRAELÍ. El primer ministro israelí, Ehud Olmert, aseguró a los líderes europeos que viajaron a Oriente Medio para impulsar una tregua duradera en Gaza que las tropas de su país "no tienen intención de quedarse" en la franja palestina.
Olmert afirmó que las fuerzas israelíes abandonarán por completo Gaza lo antes posible, una vez que la tregua sea "estable".
Estas declaraciones fueron echas ante los líderes de España, José Luis Rodríguez Zapatero, Francia, Nicolas Sarkozy, Reino Unido, Gordon Brown, Alemania, Angela Merkel, Italia, Silvio Berloscuni y la República Checa, Mirek Topolanek, que llegaron hoy a la región para mostrar su apoyo al cese de las hostilidades.
"No iniciamos esto para conquistar Gaza, no queríamos controlar Gaza, no queremos permanecer en Gaza y dejaremos Gaza tan pronto como sea posible", dijo el jefe del Gobierno israelí.
También reiteró que su país inició la ofensiva contra el movimiento islamista Hamás para frenar la "situación insostenible" de fuego de cohetes contra las poblaciones del sur.
Olmert expresó su dolor por la muerte en Gaza de civiles que, señaló, no estaban involucrados en el terrorismo pero se convirtieron en "víctimas y rehenes de Hamás", y se comprometió a impedir que tenga lugar en la franja palestina una crisis humanitaria.
La prioridad de Israel es ahora, además de velar por la seguridad nacional, avanzar en las negociaciones de paz con sus vecinos palestinos, aseguró Olmert a los líderes europeos, a quienes agradeció el apoyo a su país.
"El frente unido que habéis presentado, dirigido a garantizar la seguridad de Israel, es reconfortante, especialmente en este momento tan sensible", dijo Olmert, quien también agradeció a la Administración estadounidense los compromisos adquiridos para luchar contra el tráfico de armas entre Egipto y Gaza.
Domingo, 18 de enero de 2009