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Interés General
Obama cierra Guantánamo y ordena que se revisen los juicios militares
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Viernes, 23 de enero de 2009

El presidente de EE.UU. firmó la orden para cerrar las puertas, en el término de un año, de la prisión en la base naval en Cuba. También prohibió los métodos de interrogación equiparables a la tortura. Se cierran las prisiones secretas de la CIA.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, comenzó a cumplir una de sus principales promesas de campaña al encaminar el cierre de la prisión en la base militar de Guantánamo, que espera que ocurra antes de un año, además de tomar otras medidas para evitar que se torture a detenidos. Obama explicó que a partir de ahora se pondrá en marcha un proceso para “disponer apropiadamente” de los cerca de 245 presos que aún están en la base. El presidente estadounidense ordenó además que se aplique la Convención de Ginebra a todos los detenidos en Guantánamo y que se permita el acceso a la prisión a la Cruz Roja. Al mismo tiempo, ordenó a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) que cierre todos sus centros de detención.

Obama revocó específicamente varias decisiones de su antecesor, George W. Bush. El nuevo presidente anuló la orden ejecutiva firmada por Bush en la que se reinterpreta el artículo 3º de la Convención de Ginebra sobre la tortura, y prohibió que se siga cualquier orden o interpretación legal emitida por el Departamento de Justicia o cualquier otra agencia gubernamental a partir del 11 de septiembre de 2001. Sin embargo, por el momento no eliminó las comisiones militares creadas durante la administración Bush para juzgar a los detenidos, e incluso aseguró que no descarta su utilización.

En el acto de la rúbrica en la Oficina Oval, Obama estuvo rodeado por numerosos militares y ex militares que denunciaron en su día los métodos usados en Guantánamo. Y, al presentar sus primeras decisiones de peso desde que el martes asumió la presidencia, Obama resaltó el “cambio” en la postura del gobierno. Human Rights Watch, una de los principales organizaciones de defensa de los derechos humanos, acogió con cautela el anuncio. La principal incógnita es qué ocurrirá con los detenidos que están en Guantánamo y que no podrán ser procesados, pero que son considerados demasiado peligrosos para ser puestos en libertad.

La prisión en la base naval estadounidense fue establecida durante la presidencia de George W. Bush para detenidos por la “guerra contra el terrorismo”, pero el centro fue rápidamente objeto de acusaciones por las abusivas tácticas de interrogatorio o torturas. Unos 800 prisioneros fueron retenidos en Guantánamo. Muchos de ellos regresaron a sus países natales o a terceras naciones. Guantánamo se convirtió en un símbolo de los excesos de Bush en la “guerra contra el terrorismo” y dañó fuertemente la credibilidad de Estados Unidos en el mundo: fue una fuente de tensión entre Washington y la Unión Europea.

Obama firmó en total tres órdenes ejecutivas y un memorándum presidencial. La primera orden prevé el cierre antes de un año y establece un proceso para decidir qué hacer con los prisioneros. Aquellos contra los que se puedan presentar cargos serán juzgados “preferentemente” en tribunales federales o militares, aunque subsistirán las criticadas comisiones militares.

El futuro de los que no pueden ser procesados ni transferidos será determinado por su parte por una comisión formada por los jefes de los departamentos de Justicia, Defensa, Estado y Seguridad Nacional, además del director nacional de Inteligencia y el presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor. La segunda orden determina la creación de un grupo de trabajo copresidido por los jefes de los departamentos de Justicia y Defensa para que establezca la política a seguir.

La tercera, referente a los métodos de interrogación, revoca las órdenes y opiniones legales de la administración Bush al respecto, establece las normas de funcionamiento para la Cruz Roja y la CIA, y además crea otro grupo de trabajo para revisar las normas militares para interrogatorios y transferencia de prisioneros a otros países.

OPINIÓN DIVIDIDA. La decisión de Obama de cerrar ese centro de detención fue muy bien recibida a nivel mundial pero no tanto por los estadounidenses, según un sondeo conocido este jueves.

Así, según la encuesta realizada por Opinión Research Corporation para la cadena televisiva CNN, el 51% de los consultados apoyaron el cierre del centro de detención, frente al 47% que se manifiestan en contra de su clausura.

Hay que tener en cuenta que el margen de error es del 3%, por lo que el sondeo arroja lo que se conoce como un "empate técnico".

No obstante, estas cifras suponen un considerable incremento del respaldo frente a los datos de 2005. Entonces, sólo el 36% respaldaba el cierre del centro de detención, frente al 58% que se mostraba partidario de que permaneciera abierto.


Viernes, 23 de enero de 2009

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