Desde nuestra querida provincia de Corrientes, llegaron sus máximos exponentes del Chamamé, al Escenario Atahualpa Yupanqui, en este Cosquín 2009.
Todo hacía preveer, que detrás del telón, esperaban ansiosos por tocar y cantar, próceres de nuestra música popular. Así fue, que cuando nuestro maestro de ceremonias Marcelo Simon presentó el espectáculo: ¡Viva el Chamamé!, pudimos observar los rostros de: Ramona Galarza, Mario Boffil, Antonio Tarrago Ros, Los Alonsitos, y Los de Imaguaré.

A partir de ese momento, comenzaron a sonar los compases que identifican a la música litoraleña. Una pareja de baile, se elevaba en el escenario, y el público de pie, se mostraba ansioso por disfrutar de una noche que tendría muchas sorpresas.
El primer tema interpretado por todos sobre el escenario fue “La Calandria”, con esta canción, el corazón guaraní empezaba a latir más fuerte.

Posterior a la actuación grupal, llegó el turno de las actuaciones individuales. Julio Caseres y Los de Imaguaré fueron los encargados de comenzar la ronda de chamames, luego llegó el turno de Mario Boffil, que con sus canciones y estilo inigualable para contarnos las historias de Corrientes, robó a más de uno, una carcajada en la Próspero Molina.

“El chamamé es la flor del alma, cuidemos sus raíces”, era la frase que podíamos leer en las pantallas gigantes. De esta manera, a modo de continuar reivindicando este ritmo popular, Los Alonsitos, tuvieron su lugar en la noche para interpretar “Mi Ponchillo Colorado” y “Estudiante del Interior”, en primera instancia, en la cual, invitaron a Mario Boffil a acompañarlos en la interpretación.
Todos los bailarines en escena, bailaban la danza chamamecera, y los éxitos que el grupo correntino, sembró durante su extensa carrera.

Es el momento de un clásico del chamamé, Antonio Tarrago Ros, quien con su acordeón bien cerca del corazón, confesó estar “emocionado por reencontrarse con amigos de tantos años”.
“Somos músicos de los pueblos y el campo”, con esta frase aprovechó para alertarnos, de la crisis económica y climática que viven nuestros campos argentinos.

Siempre tan comprometido con los problemas sociales, y como de costumbre, dejó lo mejor de sí y de su música en el Escenario Mayor de América.

Invitó a cantar 3 temas a “La Novia del Paraná”, Ramona Galarza, a quien el público recibió y despidió de pie, dejando bien asentada, la vigencia de una de nuestras mas grandes cantantes argentinas.
Pero sin dudas, la frutilla del postre eran “Los 152 acordeones en escena”, como lo definió Antonio, hombres, mujeres, y niños (desde la platea), quienes hicieron miles de kilómetros con un único objetivo, tocar en la noche de Sapucay, en Cosquín.

Cuántas emociones, recuerdos y anécdotas, los sonidos de los acordeones, y las letras de los clásicos chamameceros del repertorio popular, quedan grabadas, en esta noche de lunes, traídos íntegramente de la tierra del chamamé: Corrientes.

FERNANDA RODRIGUEZ
REDACCIÓN AQUICOSQUIN.ORG

Martes, 27 de enero de 2009