Un hombre joven y una mujer embarazada que viven en el barrio Molina Punta, unidos en matrimonio, se constituyeron en los dos primeros casos importados de leishmaniasis cutánea en Corrientes, en lo que va de 2009.

La información fue confirmada por la directora del Dispensario Dermatológico de Corrientes y referente médico del Programa Provincial de Leishmania, la doctora Lisa Odriozola, quien explicó que el matrimonio manifestó los primeros síntomas sospechosos para la enfermedad hace tres meses, cuando ambos trabajaban en Puerto Antequera, comunidad distante a unos 20 kilómetros de Resistencia, en la provincia del Chaco.

Se trata de un matrimonio joven que tiene domicilio real en el barrio Molina Punta de la Capital correntina y que por razones laborales se cruzaba a la vecina orilla, desde donde arribaron con el malestar que los condujo hasta los exámenes de laboratorio del Dispensario Dermatológico, en donde obtuvieron el positivo para la enfermedad, en el trascurso de este mes.

La mujer no pudo adoptar el tratamiento propuesto para el tipo cutáneo de la enfermedad porque está embarazada de aproximadamente 20 semanas y la medicación podría ser dañina para el bebé en gestación, por lo que será tratada una vez que pase el alumbramiento.

Mientras tanto, la madre recibe apoyo obstétrico y control cardíaco permanente, al tiempo que se analiza el suministro de antibióticos para controlar la evolución de la herida, que en su caso de trata de una lesión única en una muñeca.

El hombre, que presenta una úlcera en la parte posterior de una de sus piernas, inició el tratamiento pero a poco de su desarrollo mostró riesgo cardíaco ante los medicamentos, lo que se constató por electrocardiograma.

Por eso, se le suspendieron los procedimientos médicos, que se reanudarán en 10 días una vez que se concluyan los estudios clínico-cardiológicos con los que se determinará si el rechazo se debe a la dosis o a la droga.

Consultada sobre la residencia actual de los pacientes, Lisa Odriozola informó que ambos están morando nuevamente en la casa familiar que comparten, ya que su permanencia en el barrio Molina Punta no significa riesgo alguno de contagio para los vecinos.

Las afirmaciones de la médica fueron puestas a consideración de la titular de Zoonosis de Salud Pública, Karina Ramos, quien compartió el criterio de Odriozola y explicó que “para que sea posible el contagio de leishmaniasis cutánea deben existir todos los componentes necesarios para la transmisión, que son el reservorio, el vector y el hombre”.

“La leishmaniasis cutánea no se transmite de persona a persona, siempre deben intervenir también el reservorio y el vector de la enfermedad”, agregó Ramos.

Se debe considerar además que los casos son importados, por lo que no cuenta entonces la presencia de vectores y reservorios.

Para leishmaniasis cutánea, los reservorios son los animales silvestres, roedores, y el vector de la enfermedad es el mosquito de la especie Lutzomyia.

Los pacientes confirmados para leishmaniasis cutánea continuarán con una serie de controles médicos orientados al cuidado de su salud y una vez curados -el criterio de curación es la cicatrización- deberán asistir a controles a los tres y seis meses, al año y luego cada 6 meses durante los primeros dos años.

Jueves, 29 de enero de 2009