Un cachorro de labrador de diez meses que fue clonado por una firma californiana en Corea del Sur fue entregado a sus dueños estadounidenses cerrando así el primer caso de un “perro clonado comercialmente en el mundo”, informó la empresa BioArts International en San Francisco.
Edgar y Nina Otto, una pareja de Boca Raton (Florida), pagaron 155.000 dólares por el clon de su labrador Lancelot, fallecido en enero de 2008. El cachorro Lancelot Encore vive ya en una gran casa con jardín con otros nueve perros, diez gatos y seis ovejas.
“Estamos tan felices de tener al pequeño Lancey por fin en nuestra familia”, dijo Nina Otto. “Su antecesor significaba mucho para nosotros. Estamos fuera de sí de alegría”.
El responsable del servicio de clonación, Lou Hawthorne, describió al cachorro como un “pequeñito muy vivaz”.
“Mordisquea todo y ya roba cosas”, bromeó. El experto estima que el perro tendrá una vida normal de entre 12 y 13 años y que será “totalmente fértil” como para tener descendencia.
Los Otto fueron una de las cinco familias que en julio pasado participaron en una subasta para ser los primeros en recibir un perro clonado. Lancelot ya estaba muerto para entonces, pero el matrimonio había congelado material genético de su perro. En octubre este material fue implantado a una hembra en Corea del Sur y el 18 de noviembre nació el cachorro.
La idea de la clonación le vino a Hawthorne en 1997, cuando la oveja Dolly -primera copia genética de un mamífero- hizo furor en el mundo. Compró al equipo de Dolly la licencia mundial para clonar perros y gatos.
En 2004 la firma de biotecnología de Hawthorne, llamada entonces Genetic Savings and Clone, fue noticia por clonar gatos a pedido y venderlos por 50.000 dólares. Sin embargo, dos años después la empresa tuvo que cerrar porque el procedimiento no era rentable económicamente.
El veterinario surcoreano Hwang Woo Suk presentó en agosto de 2005 por primera vez un clon de un perro vivo, un afgano llamado Snuppy. Aunque dos estudios de Hwang sobre células embrionarias humanas resultaron ser falsos, Snuppy sí era un clon auténtico. Por eso, la empresa californiana quiere realizar en el laboratorio surcoreano ahora el resto de sus proyectos de clonación.
El año pasado, Hawthorne clonó a su propia perra. Missy, una mezcla de border collie y husky, había muerto en 2002 a los 15 años. Con su material genético congelado se crearon tres hermanos. Los tres se parecían a Missy y heredaron sus características, afirma Hawthorne.
Jueves, 29 de enero de 2009