Corrientes (17-9-15): Se trata del desvío de alrededor de US$10 millones entre 1994 y 2004. Ex directivos de la entidad crediticia y gremialistas utilizaron -según las denuncias- los aportes de los trabajadores que buscaban un retiro anticipado o el acercamiento al 82% móvil para realizar maniobras inmobiliarias y financieras. Hasta una playa de estacionamiento pusieron.

El debate oral y público por el "súper" fraude cometido por un grupo de ex funcionarios de la entidad crediticia y gremialistas bancarios (desde 1994 a 2004) dará inicio con gran expectativa en muchas de las víctimas. Algunas fallecieron en la angustia y la pobreza. Fueron alrededor de 10 millones de dólares que se desviaron estratégicamente de acuerdo a las denuncias presentadas ante la Justicia que, tras años de intríngulis procedimentales, decidió comenzar el juicio contra 14 personas acusadas de administración fraudulenta .

Es oportuno recordar que los trabajadores realizaban aportes para retiros anticipados o para alcanzar el 82 por ciento móvil a la hora de jubilarse en el Fondo Compensador para los Jubilados del Banco de Corrientes, pero los acusados -de acuerdo a las denuncias- utilizaban los fondos para inversiones inmobiliarias, intercambio de acciones de la entidad por departamentos y hasta emprendimientos particulares como cocheras.

El millonario perjuicio económico dejó pruebas palpables como las torres de departamentos ubicadas al costado del puente General Belgrano, de la que no obtuvieron ningún usufructo los aportantes.

Los que están señalados como los responsables eran funcionarios de segunda línea, un ex síndico y referentes del sindicato de los bancarios. Ellos -de acuerdo a los documentos a los que accedió EL LIBERTADOR- utilizaron el dinero como quisieron, en una andanada de operaciones que duró diez años y cambió el pasar económico de los señalados.

LA GRAN ESTAFA

"La Caja", como se la menciona en el ámbito bancario, es una entidad sin fines de lucro creada con el fin de ser solidario con sus asociados. Pero en 1994, los directivos, sin poner en conocimiento a sus asociados, participaron de forma directa en la sociedad con La Manzana, empresa que construyó edificios en la zona de la bajada del puente General Belgrano, aduciendo que aportarían el 70 por ciento del capital, más de 1.200.000 dólares, el 30 por ciento restante para pago de jornales lo haría La Manzana.

Nada de esto ocurrió. La firma en cuestión solicitó préstamos mensuales para el cometido y con dinero de Fondo Compensador se adquirió un terreno para convertirlo en una playa de estacionamiento, el más grande en superficie de la Capital para tal fin. Todo ello sin informar a los asociados.

El administrador estaba involucrado y era uno de los integrantes de la Comisión Directiva, por lo que su capacidad de maniobra era ideal para el fraude, según resaltaron los denunciantes. Así se adquirieron departamentos en el barrio cerrado La Manzana, todo en beneficio de integrantes de la Comisión. También se otorgaron préstamos en dólares para sus integrantes que nunca fueron devueltos. Hasta se canjeaban pesos por los tristemente célebres bonos Cecacor. Se los tomaba al 50 por ciento, pero se decía que era uno a uno y la diferencia era distribuida.

Sólo algunos de los hechos que desde hoy comenzarán a desglosarse en juicio y tendrá a los correntinos expectantes por su desarrollo y resolución.

AL BANQUILLO

Los procesados son: Rubén Adolfo Aquino, Jorge Antonio Casco, José Mario Iglesias, Nicolás Kaposvari, Nedo Enrique Pirchi, Luis Alejandro Federico Pioli, Antonio Oscar Páparo, Valentín Alberto Morales y Héctor Oscar Castillo. Todos señalados como coautores materiales penalmente responsables del delito de administración fraudulenta cometida en perjuicio del Fondo Compensador de Jubilaciones para el Personal del Banco de Corrientes SA. Y los imputados, Ramón Alberto Yunes, Hernán Carlos Antúnez, Eduardo Martín Cheme, Pedro Amado Icardo, Edilio Moisés Esperanza y Víctor Emilio Kaposvari, señalados como cómplices primarios.

Jueves, 17 de septiembre de 2015