NOTA PUBLICADA EL 20/01/2009
Y las irregularidades detectadas por el ICCA no contemplan todavía al río Miriñay.
Se estaría produciendo un gran desastre ecológico en la cuenca del río Miriñay por la inédita bajante que experimenta y por la extracción de agua para el riego de las arroceras que se encuentran sobre su margen.
En la foto se muestra un represamiento efectuado en Estancia San Agustín y que fuera demolida por Gendarmería el 26/01/1999, hace ya 10 años.
Es de público conocimiento, aunque el silencio oficial y las miradas de los funcionarios se posan en otros lugares, que a pesar de estar prohibido se bombea agua del curso del río, efectuando atajadizos, tipo dique, para cortar el libre flujo del mismo modificando a veces el propio cauce.
Ya en diversas oportunidades se efectuaron las denuncias correspondientes en el ICAA, Instituto Correntino del Agua y el Ambiente, pero nunca se efectuó el control correspondiente, de todo el curso del Miriñay, en donde se encuentran gran cantidad de arroceras, que por la seca pronunciada, toman agua del río.
El hecho de sacar el agua para riego, no sería un problema tan grave, y hasta sería correcto, si no se modificara el curso, en algunos lugares se llega a poner bolsas de arena para atajar el agua, pero el problema mas grave es que muchas de las bombas que se usan no cuentan con las rejillas necesarias para impedir que los peces sean chupados por la misma.
Al tener tan poco agua el río los peces se amontonan en los pocos pozos que se forman y cuando son succionados por las bombas se produce una gran mortandad, de alcances impredecibles.
Hace más de una decena de años, cuando era Gobernador de la Provincia Raúl Rolando Romero Feris, se registra una de las pocas acciones concretar para evitar el represamiento del agua del río y la matanza de peces por el bombeo, y fue cuando el Fiscal Federal Dr. Benito A. Pont ordena a Gendarmería la voladura de una represa que se encontraba atajando el río Miriñay, pero lamentablemente hasta la fecha nunca mas se tomaron medidas similares.
Este es un problema que hay que tener en cuenta, pero aparentemente las autoridades que debieran tomar cartas en el asunto no lo están haciendo, cuando vuelvan las aguas y el curso de agua retorne a su nivel normal, seguramente quienes se dedican al deporte de la paciencia, la pesca, notarán una merma en las especias ícticas, debido a la gran mortandad que se está registrando, no solo por la seca misma, sino por el bombeo indiscriminado y la falta de control en poner las mallas para impedir el paso de los peces.
Martes, 3 de febrero de 2009