Antes de iniciar el debate Cristian Carro Córdoba, uno de los acusados en la causa cuestionó la cobertura del juicio que emprenden algunos medios. "Deben decir lo que ocurre fehacientemente no lo que le conviene a la querella”, dijo.
El acusado dijo que “de lo contrario” solicitará “que la prensa no ingrese más a la sala de audiencia".

Los demás imputados Raúl Nemesio "Caniche" Salgán, sus hijos Oscar Antonio y Sergio Gustavo, María Esther Sudó y su hijo Jorge Gabriel Sudó, Miguel Ángel Ramírez, Claudio Sebastián Cornelli Belén y Gonzalo Adrián Acosta se mantuvieron en silencio.

El primero en prestar declaraciones fue Eduardo Ramón Battistessa, comerciante que vendió a Rodolfo José Lohrman, imputados aún prófugo, el Chevrolet Corsa utilizado en el secuestro.

Lo siguieron Amanda Beatriz Silva, ex novia de Sergio Salgán, y Juan Ángel Oliva, amigo del mismo acusado y ex imputado en la causa, que admitió "apremios" para que "declarase en contra de los imputados". Ambos definieron de inocente a "la familia Salgán" .

Battistessa, precisó al Tribunal que conoce a la familia Salgán, a Carro Córdoba y a Lohrman porque "varias veces les vendí vehículos". "Yo vendí a Lohrman el Corsa gris que se utilizó en el secuestro de Christian", señaló el testigo.

"Anteriormente también le había vendido un Chevrolet Astra a Carro Córdoba en la Provincia de Buenos Aires, que también fue utilizado para otro secuestro", agregó.

"Por este hecho estuve detenido cuatro años como actor secundario en el secuestro y hasta el día de hoy sigo esperando mi absolución definitiva", declaró el empresario.

Battistessa, dijo conocer a Raúl Nemesio Salgán "desde hace 15 años" porque "compraba y vendía colectivos". "Siempre lo consideré una gran persona y me da mucha pena lo que esta pasando", señaló.

Amanda Silva, luego, dijo "tener la certeza" de "la inocencia de la familia Salgán". No obstante informó que entre septiembre y diciembre de 2003, cuando ocurrió el hecho, Sergio Salgán "vivía en la casa de Juan Oliva" porque eran "muy amigos y siempre se iba allí cuando nos peleábamos".

Silva oyó luego la grabación de una charla telefónica y negó que la voz que allí extorciona al hermano de Cristian Schaerer, sea la de Sergio Salgán, como pretendía la querella.

La testigo dijo además que en una oportunidad retiró pertenencias de Raúl Salgán y María Esther Sudó, otra de las acusadas, a una casa de Uruguayana, ciudad brasilera limítrofe con Paso de los Libres, luego de la detención de ambos hacia fines de 2003

Además testificó haber discusión con Pompeya Gómez, madre de Cristian Schaerer, en momentos en que hablaba con Martha Martínez, madre de Silva.

"Me molestó que se metiera en mi intimidad porque Pompeya le preguntaba a mi madre sobre mi vida, qué hacía y qué dejaba de hacer", dijo, y declaró que "habían desaparecido" un registro de cartas que intercambiaba con los hermanos Salgán.

Silva señaló que "siente temor a represalias porque esta es una causa política en la que esta involucrada mucha gente que sigue prófuga de la justicia".

Por último llegó el turno de Juan Ángel Oliva, amigo de Sergio Salgán y ex imputado en la causa que estuvo detenido dos años y ocho meses tras lo cual fue liberado.

Afirmó que durante su detención sufrió apremios para que declarase en contra de la familia Salgán. "Fue tanto el maltrato que sufrí que tuve que mentir en una declaración e incrimine a la familia Salgán", admitió Oliva.

Oliva dijo que el Comisario Tránsito Ramírez, a cargo de la investigación del secuestro desde un principio, lo "indujo a que incriminará a los acusados" y terminó su declaración diciendo que desconoce que la familia Salgán tenga algo que ver con el secuestro de Schaerer.

Sábado, 14 de febrero de 2009