Muchas veces nos preguntamos por que nuestros jóvenes actúan de determinada manera, agrediendo, faltando el respeto, bebiendo hasta caerse, haciendo hasta ya un culto de la ignorancia pues a la escuela no van a aprender, y no podemos entender, y no es por que son épocas distintas, es por la carencia de valores y ello se debe a la falta de buenos ejemplos que ven a diario. Hasta donde vamos a llegar?, cuando vamos a tomar conciencia y empezar a solucionarlo?
Foto: Monumento a los libreños Héroes de Malvinas, que fuera pintado por alumnos.
C. P.
El lunes pasado, cuando comenzaba el ciclo lectivo, pero no las clases, muchos alumnos concurrieron a los establecimientos para volver a sus casas; desde horas tempranas, las 6 mas o menos parecía que estábamos ante la entrada de una de las comparsas grandes, tanta la cantidad de bombas de estruendo que se tiraban y el sonido de los parches así lo hacía pensar, pero no, eran los chicos de 5º que se preparaban para iniciar su último año.
Llovía en Libres, los chicos y chicas, que habían pasado toda una noche de vigilia para empezar la culminación del secundario, llegaron a las escuelas bajo la lluvia, literalmente con bombos y platillos y como había paro salieron a pasear en medio de batucadas y gritos de alegría ¿? por calle Colón, la principal, y se fueron uniendo a grupos de otras escuelas, hasta el destino final que era la Plaza Independencia.
Pintaron todo el monumento a nuestros Héroes de Malvinas, además rompieron las mascaras que ornamentan el Monumento a los Inmigrantes, donado por la Sociedad Italiana, ante la presencia de todos quienes pasaban por el lugar, sin ningún tipo de remordimiento o vergüenza.
Uno se pregunta por que actúan así, y la respuesta es clara, que ejemplo les damos?, si las autoridades de la escuela les permiten entrar con instrumentos, o si a menos de veinte metros de un establecimiento “niñas” usaban el techo de los refugios de las paradas como tobogán y nadie dijo esta boca es mía, si para ellos el 2 de abril es solamente un día feriado y ninguno sabe que los libreños somos mayoritariamente descendientes de “tanos” o “gallegos”.
No debemos culpar solamente a los jóvenes, pero tampoco apañarlos, como un padre por la televisión local diciendo “y bueno son chicos o ninguno pasamos por eso?, están festejando que es su último año”, por que si siguen así cuando se reciban van a demoler el monumento a Madariaga. Debemos, desde la casa, la escuela, las autoridades empezar a poner límites y enseñar responsabilidad, pero que dura tarea que es.
Como podemos exigirles respeto por nuestros héroes, si nuestras mismas autoridades provinciales pusieron el grito en el cielo por que sacaron a los granaderos de Yapeyú el día del nacimiento de San Martín, y ellos mismos en lugar de hacer una acto de desagravio a nuestro héroe máximo hacen un acto político casi partidario, estas actitudes los jóvenes las ven, las entienden, entonces como hacemos para pedirles que respeten nuestros valores, si ven que quienes tendrían que respetarlos no lo hacen.
La falta de ejemplos es tan grande, que no tenemos que ir a la Nación, donde abundan, a la capital provincial, donde están a la orden del día, basta con ver en nuestra propia comunidad
Como alguien puede respetar algo, si ve como el Intendente se pelea con el Director del Hospital y podemos no tener un tomógrafo, o como los funcionarios municipales violan las Ordenanzas que deben hacer respetar, el caso de Zanucoli por ejemplo que retiró el auto que le secuestraron a su hijo y todos se callaron, y como ese hay cientos para enumerar, pero este no es el caso ni la ocasión.
Como podemos pedirles valores a nuestros hijos, si en nuestra ciudad se declaró como “Empresario del año” a un delincuente que hoy se encuentra detenido por narcotráfico, y todos estaban encantados con el hombre a pesar que nadie era ajeno al pasado del mismo.
Cuando ven a diario como muchos que tienen la función de informar, desinforman, cuando es mas importante quien va a pagar por la noticia que la noticia en si, cuando hay quienes hablan del suicidio de Favaloro, y no de la obra del “Dr. Favaloro”, cuando ven que la prensa es solo un negocio en la mayoría de los casos y es mas importante el “chusmerío” que las cosas serias.
Como vamos pedirle valores y respeto a nuestros hijos, si toleramos que nuestras “niñas” vuelvan a las 7 u 8 de la mañana ebrias, y no decimos nada, solo toleramos, justificamos, como si fuera una manera de que el problema no exista.
Estamos tan carentes de valores como de ejemplos, y lo único que hacemos es esconder la basura debajo de la alfombra, pintaban el busto de San Martín y la solución fue “encerrarlo” tras rejas, el de Madariaga, un caso patético, frente mismo a la policía, y se lo tuvo que “encerrar”, por que los chicos lo pintaban, mas increíble aún el placero que fue a pedir ayuda a la policía por que estaban rompiendo un banco, y la respuesta fue que cuando tuvieran un móvil lo mandaban, cuando la comisaría esta frente a la misma plaza, tenían que caminar 50 mts..
La falta de ética llega a límites increíbles, y los jóvenes ven, como le vamos a inculcar el valor del trabajo si todos los fines de semana ve que siendo amigo de la autoridad se puede andar bien y sin riesgos, eso lo ven en el “Patio de Comidas” con números artísticos que el funcionario principal de la ciudad le puso a su amigo y socio, una plaza para beneficio económico de una persona y con la plata de todos.
Donde quedo eso de que tener éxito en la vida era tener un buen trabajo, una buena familia, y dos o tres muy buenos amigos?, hoy el modelo para ser exitoso implica necesariamente tener mucho, pero mucho dinero, no importa como, muchos amigos no importa si buenos o malandras, y la familia, bueno, mas o menos, cambiaron todos los valores, se trastrocaron las cosas.
Algo debemos hacer, no tenemos el derecho de hacernos los desentendidos, hay que corregir la falta de valores de nuestros hijos, el respeto a lo nuestro, inculcarle las cosas importantes, pero a su vez tenemos que predicar con el ejemplo, si los valores no los tenemos nosotros que podemos exigir. Es una situación harto complicada de la cual salir se puede solo para adelante y sin atajos, sin excusas, haciendo lo que nos enseñaron nuestros padres, lo que nos inculcaron en la escuela y por sobre todo dejando de lado la justificación “y bueno, son jóvenes”, por que siempre hubo jóvenes, pero también es cierto que siempre hubo hombres ejemplares y hoy no los hay.
Discepolo cuanta razón que tenía, Cambalache tiene que ser considerada una Biblia, basta leer la letra y parece que fuera escrita hoy, no esta demás relerla:
Que el mundo fue y será una porquería
ya lo sé...
(¡En el quinientos seis
y en el dos mil también!).
Que siempre ha habido chorros,
maquiavelos y estafaos,
contentos y amargaos,
valores y dublé...
Pero que el siglo veinte
es un despliegue
de maldá insolente,
ya no hay quien lo niegue.
Vivimos revolcaos
en un merengue
y en un mismo lodo
todos manoseaos...
¡Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor!...
¡Ignorante, sabio o chorro,
generoso o estafador!
¡Todo es igual!
¡Nada es mejor!
¡Lo mismo un burro
que un gran profesor!
No hay aplazaos
ni escalafón,
los inmorales
nos han igualao.
Si uno vive en la impostura
y otro roba en su ambición,
¡da lo mismo que sea cura,
colchonero, rey de bastos,
caradura o polizón!...
¡Qué falta de respeto, qué atropello
a la razón!
¡Cualquiera es un señor!
¡Cualquiera es un ladrón!
Mezclao con Stavisky va Don Bosco
y "La Mignón",
Don Chicho y Napoleón,
Carnera y San Martín...
Igual que en la vidriera irrespetuosa
de los cambalaches
se ha mezclao la vida,
y herida por un sable sin remaches
ves llorar la Biblia
contra un calefón...
¡Siglo veinte, cambalache
problemático y febril!...
El que no llora no mama
y el que no afana es un gil!
¡Dale nomás!
¡Dale que va!
¡Que allá en el horno
nos vamo a encontrar!
¡No pienses más,
sentate a un lao,
que a nadie importa
si naciste honrao!
Es lo mismo el que labura
noche y día como un buey,
que el que vive de los otros,
que el que mata, que el que cura
o está fuera de la ley...
Sábado, 7 de marzo de 2009