La alianza oficialista que encabeza la UCR y fue apoyada por Cobos se impuso por amplio margen al "peronismo unido", que sumó a kirchneristas con Barrionuevo y Saadi. El PJ perdió el control en la Cámara de Diputados de la provincia.
Foto: El gobernador Eduardo Brizuela del Moral festeja con sus partidarios.
Una densa lluvia coronó anoche en Catamarca la dura derrota con que Néstor Kirchner abrió el año electoral. Con una frágil alianza junto a la gente de Luis Barrionuevo y de Ramón Saadi, intentaba ganarle las elecciones locales al gobernador Eduardo Brizuela del Moral, un ex "radical K" que se acercó a Julio Cobos. Pero la derrota fue contundente.
"Le dedico el triunfo a todos los argentinos", dijo anoche Brizuela desde el balcón de la casa de Gobierno, mientras un puñado de militantes gritaban desde abajo "Y ya lo vé/ es para Kirchner que lo mira por tevé". Dijo que él "no dio dádivas de ningún tipo" (una verdad a medias: por ejemplo, la Secretaría de Cultura local entregó un sandwich y una gaseosa a todos los que fueron a presenciar el desfile de modelos que organizó con fondos provinciales). Y se mostró "orgulloso" por la "dignidad de los catamarqueños".
Además, les habló "a los que quisieron nacionalizar esta elección, a los que trajeron a todo el gabinete nacional" y al propio Kirchner -aunque sin nombrarlo- le señaló: "No tenemos que abrir ninguna tranquera, entren por la puerta grande".
El triunfo del Frente Cívico, que gobierna la provincia desde hace 18 años, fue mayor de lo esperado. Los datos dados por el propio Brizuela hablaban de una diferencia final de "entre 18 y 20 puntos" (recuperó la Cámara de Diputados que estaba en manos del PJ), y a falta de movilización por la lluvia los militantes comenzaron los festejos en autos a puro bocinazo. Más tarde algunos se reunieron frente a la casa de Gobierno para escuchar al gobernador. "Un minuto de silencio/para Kirchner que está muerto", cantaron.
El ex presidente abrió así el año electoral con la peor noticia: había jugado fuerte en la provincia, a la que llegaron decenas de funcionarios, ayuda económica para los intendentes del PJ, con la visita de la presidenta Cristina Kirchner y el cierre de campaña a cargo del propio Kirchner, quien buscó nacionalizar el comicio.
Anoche, sin embargo, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, consideró "injusto" asociar el resultado a una tendencia nacional y minimizó los resultados (ver pág. 4). Pareció una respuesta a los referentes nacionales de la UCR que se acercaron a los festejos. El jefe partidario Gerardo Morales había asegurado, en medio de la algarabía, que "así les va a ir en octubre". Junto a él vinieron, entre otros, el senador santiagueño Emilio Rached (autor del voto que sentenció el empate en el Senado en la resolución 125), y los diputados Miguel Giubergia y Alejandro Nieva.
El vicepresidente Julio Cobos prefirió quedarse en Mendoza y no azuzar con más declaraciones las consecuencias de la debacle electoral kirchnerista. Sólo llamó al gobernador para felicitarlo y quedaron en verse en un par de semanas. Brizuela se había alejado del kirchnerismo, con el que fue aliado en 2007 para lograr sus reelección, cuando criticó las retenciones móviles igual que Cobos.
Kirchner no lo perdonó e impulsó una alianza con los hombres de Barrionuevo y de Saadi para enfrentar al gobernador cobista. Fue el "PJ unido", un frente que reveló rápidamente su fragilidad: Saadi y Barrionuevo (que logró colocar a la mayoría de los candidatos que entraron) comenzaron a alejarse horas antes vaticinando la derrota y la alianza se fracturó (ver pág.5).
"Esto tiene nombre y apellido, Néstor Kirchner", castigó el gastronómico, quien aseguró que "no tuve nada que ver con este frente trucho" aunque resultó el único ganador en medio de la debacle: cinco de los nueve diputados que entraron son de su sector (contra tres kirchneristas y un saadista), y tenía posibilidades de que ingrese también su hermana Liliana, al frente de una lista apoyada por Alberto Rodríguez Saá.
Saadi, por su parte, dijo ayer al votar que "este frente no tenía contenidos". El ex gobernador logró meter solo un candidato entre los 76 cargos en juego.
La pata kirchnerista del PJ unido tampoco mostró demasiado entusiasmo. "No hagamos de esto una tragedia, las elecciones se gana y se pierden", buscó suavizar la vicegobernadora Lucía Corpacci, quien se alejó del gobernador y ni siquiera se hablan. Igual que Cobos respecto de Cristina.
Lunes, 9 de marzo de 2009